Se aproxima la fecha de plantación de patatas en Andalucía con unas perspectivas muy distintas a las de la campaña pasada. El mercado de la patata europeo se encuentra totalmente saturado debido, principalmente, a la drástica reducción en la producción de las grandes fábricas de patata congelada, especialmente patatas fritas, situadas en el norte de Europa.
"Este 'frenazo' por parte de la industria se debe fundamentalmente a la agresiva política comercial de Estados Unidos, con una depreciación del dólar frente al euro, así como la imposición de una serie de aranceles que han dejado fuera de mercado a muchas de estas grandes fábricas", explica Javier Boceta, director de Meijer Potato Ibérica.

"Por otra parte, recientemente han irrumpido en este mercado China e India, dos gigantes con gran libertad en el uso de productos fitosanitarios y reducidos costes de mano de obra. Además, no podemos olvidar el impacto de la Política Agraria Común, con gran cantidad de limitaciones en el uso de productos fitosanitarios, lo cual incrementa el coste de producción de las patatas de siembra y consumo en toda Europa", apunta Boceta.
"Por lo tanto, debemos tener extrema precaución con las plantaciones de patatas esta campaña en Sevilla. Esto desde luego no significa el fin de la siembra de patatas, es más, la senda de descenso de superficie parece que ya la habíamos superado. Es simplemente un bache coyuntural que seguramente se habrá regulado la próxima campaña", sostiene.
"Si bien las fábricas del norte de Europa tenían comprometida la producción del año pasado y, ante este frenazo, el mercado se ha saturado, se presupone que la próxima primavera contratarán lo que el mercado demande. Por tanto, en las próximas campañas se habrá superado y ajustado este exceso de oferta", indica Boceta.
Meijer Potato Ibérica se dedica a la investigación, desarrollo y comercialización de variedades de patatas de siembra y consumo. Trabaja en la mejora de semillas para diferentes mercados, como la patata para freír en bastón, la patata para chips y el consumo fresco en el mercado español y portugués.
De acuerdo con el experto, la producción de patata española está mucho más organizada que en el pasado, primordialmente en base a un mayor volumen de contratos, tanto con cadenas de distribución como con la industria de procesado.
"La pasada campaña, la contratación con las cadenas de supermercado y fábricas españolas funcionó. Por lo que este año seguiremos incrementando la contratación. Sin embargo, tuvimos un grave problema con los mercados centrales que habitualmente abastecen a las fruterías y canal horeca, entre otros, los cuales estuvieron comprando patata vieja de peor calidad y mucho más barata. Y he ahí la notable diferencia de calidad que se pudo observar durante los meses de mayo y junio", señala el director de Meyer Potato Ibérica.
"De cara a la próxima campaña, es necesario estar preparados y no sembrar patatas sin disponer de un contrato y un mercado final. En su día, el sector trabajó activamente para coordinarse con la gran distribución y las fábricas de procesado. Tanto el año pasado como este está programado el cambio a patata nueva cuando esté disponible. Hoy podemos decir que todas las cadenas de supermercado cambian a la patata nueva cuando está disponible. Se antepone la calidad al precio", apunta Boceta.
"Sin embargo, es necesario cambiar la actitud de los mercados centrales. Cuando hay origen España, tenemos que cambiar a nuestro producto. El excedente del norte de Europa no tiene calidad culinaria y destruye nuestra agroindustria y agricultura, además de provocar que disminuya el consumo", remarca Javier Boceta.
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