La devastadora helada primaveral que azotó Turquía en abril de 2025 ha dejado consecuencias dramáticas: cerca del 98% de la cosecha de albaricoques se perdió, afectando especialmente a la región de Malatya, principal zona productora del país. Esta escasez repentina ha disparado los precios internacionales de los albaricoques secos y ha lanzado a compradores de todo el mundo a una carrera contrarreloj por encontrar proveedores alternativos. Para Georgia, esta situación representa una oportunidad poco habitual para consolidarse como actor relevante en el mercado de exportación de frutas deshidratadas, según señala Aleksandre Gambishidze, de la consultora Agronext Consulting.
© Aleksandre Gambishidze
Aunque Georgia no ha sido históricamente un gran exportador de albaricoques, las condiciones meteorológicas favorables de esta temporada, sumadas a una creciente experiencia en el procesamiento de frutas, han permitido que sus productores den un paso al frente. Exportadores locales informan de un notable aumento en la demanda, no solo de albaricoques secos, sino también de productos afines como ciruelas, higos y kakis deshidratados.
"Cada caja de fruta seca de calidad superior que logramos preparar se vende de inmediato, especialmente a clientes que solían depender de Turquía", afirma un comerciante con base en Tiflis. Desde mayo, los precios internacionales del albaricoque seco se han más que duplicado, lo que ha convertido esta campaña en una oportunidad rentable incluso para pequeños procesadores georgianos, que han podido ampliar su producción de manera significativa.
El sector georgiano de frutas deshidratadas ha venido desarrollándose con paso firme en los últimos años, impulsado por inversiones sostenidas en instalaciones de secado, sistemas de cadena de frío y certificaciones internacionales. Aunque los volúmenes de exportación aún están lejos de los que manejan los países de Asia Central, las cooperativas locales y las pequeñas empresas procesadoras están encontrando nuevos nichos, sobre todo en los mercados de gama alta de la Unión Europea y de los países del Golfo.
Más allá del albaricoque, otros productos como los arándanos secos, las manzanas deshidratadas y el tklapi —una lámina tradicional de fruta prensada y deshidratada— también están despertando el interés de compradores internacionales que buscan diversificar su catálogo. El Ministerio de Agricultura de Georgia ha respaldado a los exportadores con ayudas para marketing y logística, lo que les ha permitido cumplir con los exigentes estándares de calidad europeos.
Si bien Armenia y Azerbaiyán —vecinos de Georgia— también están tratando de aprovechar la ausencia turca, Georgia destaca por su capacidad de ofrecer una gama variada de frutas secas, con trazabilidad garantizada y un enfoque claro hacia la sostenibilidad. Algunas empresas georgianas ya han cerrado acuerdos comerciales con importadores de Polonia, Alemania y Emiratos Árabes Unidos.
Dado que la recuperación del sector turco probablemente no llegará antes de 2026, los exportadores georgianos tienen ante sí una ventana de oportunidad para expandirse y establecer relaciones comerciales duraderas. El gran reto ahora es mantener la consistencia en la calidad, afianzar su imagen de marca y posicionarse sólidamente en los mercados internacionales.
Como resume un exportador local: "Esto va mucho más allá de una simple oportunidad comercial; es la ocasión perfecta para demostrar que Georgia puede convertirse en un proveedor de confianza de frutas deshidratadas de altísima calidad a nivel mundial".
Para más información:
Aleksandre Gambishidze
Agronext Consulting
Tel.: +995 598 74 77 70 (Georgia)
[email protected]