En primer lugar, por el efecto de las condiciones meteorológicas. Una bajada inusual de las temperaturas en todo el mundo ha afectado a los cultivos de ajo y ha desequilibrado el mercado.
En segundo lugar, en los últimos años, el coste de la conservación en frío se ha estado elevando, a la par que los precios de alquiler.
En tercer lugar, el ciclo del ajo se da cada tres años. El precio era más bajo antes de 2013, según datos de la última década, pero los precios no han dejado de crecer en los cuatro últimos años.
Por último, el Estado ha puesto en vigor graves penalizaciones a los camiones con sobrecarga o que superen los límites de velocidad, lo cual ha conducido a un aumento de los costes logísticos.