El retailer belga Colruyt acaba de introducir dos nuevas variedades de manzanas que cultivarán en exclusiva para él varios productores belgas. El primer acuerdo se alcanzó para la variedad Coryphée con la empresa obtentora Zouk. Hemos hablado con Johan y Vincent Nicolai, de Boomkwekerij Nicolai y Zouk, sobre el futuro del mundo de la manzana.
Diferenciación
Colruyt buscaba ampliar la oferta belga. “En cuanto a peras, los lineales se nutren sobre todo de producto nacional. Por desgracia, de las manzanas, tan solo el 60% es de origen belga. Por tanto, queda mucho espacio por llenar. Colruyt quería algo con un margen mayor y, además, quería tener una posición diferenciada con respecto a otros retailers. La empresa se encarga de las regalías, la compra de toda la cosecha y de garantizar espacio en los lineales, y eso resulta ideal para los productores, porque ahora hay alguien más que comparte los riesgos. El aspecto y el sabor de las manzanas se han sometido a los exhaustivos análisis organolépticos de Colruyt. La Coryphée tiene una buena textura, es maravillosamente crujiente y es más resistente a sarnas y al mildiu. Su primera cosecha comercial se espera en 2020”.
Contacto directo
Que los supermercados tengan un contacto directo con los agricultores es relativamente nuevo. “La manzana tardará otros tres años en llegar, así que es excepcional que inicien el proceso tan pronto. La gran distribución se pone en contacto con nosotros cada vez más a menudo; esta forma de trabajar es el futuro. En estos momentos, también estamos negociando con otras cadenas de suministro. Lo bonito de este concepto es que existe cierta estructura en la que todos los eslabones se benefician de la variedad. De ese modo, todo el mundo contribuye también a la calidad y se ofrece al consumidor un producto estupendo”. Indica que la exclusividad no puede ser ilimitada. “La Coryphée se suministrará en exclusiva a Colruyt hasta 2027 y, a partir de entonces, también podrán comprarla terceras partes”. Johan no tiene una opinión negativa sobre las variedades club, pero tiene sus reservas. “La mayoría de las variedades están funcionando bien, pero me pregunto si a los mayoristas se les impondrá otra variedad club. ¿Cuál es el valor añadido para la gran distribución? A menudo, los márgenes se infravaloran, no son muy altos. Por eso los supermercados empiezan a buscar algo con lo que crear valor añadido”.
Monocultivo de Jonagold
Según Johan, es un buen paso hacia la diversidad en el cultivo de fruta. “Tenemos que abandonar el monocultivo de Jonagold, es un capítulo cerrado. Muchos productores que se cambian a otro producto no se decantan por una nueva variedad porque quieren garantía de cosecha, y eso lo proporciona principalmente la Conferencia. Durante años, la fruticultura se ha centrado en variedades conocidas y se han ‘desoído’ los avances y la demanda del mercado. Se ha creído que se podía seguir satisfaciendo a los clientes tan solo con Conferencia. No es una crítica a los productores, pero muchos solo piensan a corto plazo cuando deberían estar pendientes de la revolución del sector frutícola para los próximos diez o quince años. En la actualidad, se necesitan nuevas manzanas locales porque la mayoría de las que se encuentran ahora en los supermercados proceden del extranjero”. En su opinión, a los belgas no les iría mal ser un poco más chovinistas. “Podríamos poner como ejemplo el Reino Unido, donde se ha sentido la presión de las manzanas importadas y el mercado nacional ha estado próximo a morir. Por suerte, se ha recuperado y la Gala y la Braeburn son ahora dos de las variedades que más rápido están creciendo, comercializadas con la indicación ‘by British’. También Francia lleva la delantera en el principio ‘el producto propio primero’. Pese a que estos productores también son competidores, trabajan unidos y llegan a acuerdos claros sobre quién produce qué. Estaría bien que sucediera algo así aquí también. Ese tipo de conceptos tienen mucha fuerza. Es una oportunidad para que nuestros productores se centren más en las buenas variedades nacionales”.
Futuro
La búsqueda de las variedades ideales de manzana continúa. “Lleva tiempo. Buscamos variedades con una mayor resistencia a varias enfermedades. Además, estamos pasando de un concepto de bajos residuos a uno de residuos cero. En lo relativo a la mejora de las semillas, prestamos atención al clima, pues las nuevas variedades serán más resistentes a sus efectos. Asimismo, los productores deben poner más interés en la inversión en cosas como mallas antigranizo”. Otro aspecto que cobrará importancia en el futuro son las alergias, como apunta Johan. “Cada vez hay más personas alérgicas a ciertas manzanas, así que debemos tenerlo en mente”. Por otro lado, si tendremos o no más manzanas de pulpa roja todavía está por ver. “Hasta ahora, ninguna de las variedades de pulpa roja ha sido lo suficientemente buena. Se han comercializado demasiado pronto y deberían haberse quedado al margen. Sin embargo, una manzana que creemos que tiene mucho potencial es la Greenstar, que todavía no tiene mucho peso, pero para la que existen muchas oportunidades. Se trata de una manzana que no se oxida y que no se ha modificado genéticamente; es ideal. Gracias a estos rasgos positivos, la Greenstar se ha utilizado como uno de los progenitores de nuestro programa de hibridación. Un descendiente exitoso de este programa es ZOUK16, una manzana rosa igual de productiva que la Greenstar, con una pulpa blanca que no se oxida”.
Demanda
Johan observa que el mercado de la fruta de pepita de Bélgica en estos momentos es solamente un mercado de oferta, “pero debería convertirse en un mercado de demanda. El consumidor tiene que probar la manzana, quedar satisfecho con ella y poder comprarla de nuevo con los ojos cerrados. No debería llevarse una decepción. Ofrecer el mismo sabor todo el año sería lo mejor. El desarrollo de nuevas variedades toma cada vez más velocidad. Los gustos de los consumidores también cambian con el tiempo, así que hay que estar al día. En cuanto a sabor, las preferencias todavía suelen variar entre ácido y dulce, pero hemos notado que el dulce lleva ventaja. El norte de Europa sigue apreciando nuestro sabor fresco y ácido, pero más al sur se prefiere un sabor más dulce. Nuestros gustos se han vuelto más dulces por la cultura de la hamburguesa de los últimos años. Hoy en día, todo se basa en el azúcar”.