“El crecimiento de la cereza en Chile en los últimos años ha estado íntimamente ligado al incremento de la demanda china; de hecho, cada vez enviamos menos fruta a Estados Unidos y Europa. Como empresa, destinamos entre el 85% y 90% de nuestra producción al mercado chino”, explica Ricardo Monge, ejecutivo de cuentas de Frusan.
La empresa chilena fue fundada en 1979 y cuenta con más de 5.000 hectáreas plantadas, donde produce cerezas y una gran variedad de frutas, las cuales exporta a clientes en más de 52 países. Adicionalmente, Frusan tiene acuerdos de producción y comercialización de fruta con productores de distintas zonas de Perú.
La actual campaña se ha visto afectada negativamente por las importantes precipitaciones que cayeron durante la cosecha y que redujeron las previsiones para las exportaciones en un 15% a nivel nacional.
“A nivel empresa, tuvimos una disminución aproximada de entre un 30% y 40%, ya que contamos con una alta concentración de fruta en la región de Maule, que es la que sufrió más por las lluvias”, afirma Ricardo, y añade: "En condiciones meteorológicas favorables exportaríamos unos 450 contenedores de cereza a China, pero este año exportaremos unos 235".
Siendo Chile el mayor exportador de cerezas a nivel mundial, con una producción que en la actual campaña rondará los 17 millones de cajas, una pérdida tan importante en su producción de seguro tendrá un impacto de magnitud en los mercados.
“Nuestros clientes chinos todavía no han sentido la caída en el volumen y, como por el momento no estamos cerca de ninguna fecha de alto consumo de cereza, los importadores están procediendo de forma conservadora y solo compran cuando se les ofrece el mejor precio, por lo que estamos viendo una tendencia a la baja”, indica Ricardo, y añade:“Eventualmente, la pérdida en el volumen se hará evidente, y en las semanas previas al Año Nuevo chino (19 de febrero) la presión de los compradores por adquirir la fruta será mayor y creemos que el precio FOB podría elevarse en unos dos dólares por kilo”.
Normalmente, el precio por kilogramo no baja de los 3,50 dólares estadounidenses y en los momentos de mayor demanda alcanza los 7 dólares, pero para los chinos la calidad es el factor de mayor peso. Ricardo señala que “a China la fruta que se envía tiene que ser de la máxima calidad, ya que el mercado genera una gran diferenciación de precios. Entre una cereza de calidad irregular y una de calidad excelente, la diferencia de precio puede alcanzar los 8 dólares por caja".
Garantizar que la fruta arribe en perfectas condiciones a China no es tarea fácil. En Frusan, la cereza se clasifica previamente a su ingreso a la empacadora según largo, mediano y corto periodo, haciendo referencia a la capacidad de la fruta de aguantar el paso del tiempo; a continuación, se aplican tecnologías de atmósfera modificada para permitir que la fruta mantenga sus cualidades por más tiempo.
Pero en un país de las monstruosas dimensiones de China, la aventura no termina al hacer puerto, siendo la distribución a nivel nacional el mayor desafío.
Hasta el momento, la comercialización la fruta se ha centralizado en las zonas costeras, donde se ubican los mercados principales de Shanghái, Cantón y Pekín, desde donde luego se deriva a los mercados secundarios y terciarios de menor volumen.
“Enviar la fruta obtusamente a los saturados mercados primarios y sentarse a esperar que esta se venda no es el camino. Nuestra tarea es buscar importadores que puedan llegar directamente a los mercados secundarios para lograr aprovechar mucho mejor el potencial del mercado, y conseguir mejores precios para nuestra fruta”, explica Ricardo.
Estas provincias de mayor poder adquisitivo solo concentran un tercio de la población, pero, con la mejoría de la estructura de carreteras, almacenaje en frío y las mejoras implementadas en la logística, arribar a las regiones interiores es cada día menos difícil.
“Estimamos que un ingreso per cápita anual de 10.000 dólares estadounidenses o más le permite a los consumidores chinos adquirir frutas de importación con regularidad, la mayoría de las provincias costeras cuentan con este nivel de ingresos y las provincias céntricas ya lo están alcanzando, por lo que pronosticamos un gran aumento en el consumo para los próximos años”, concluye Ricardo.
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Ricardo Monge I.
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