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En 2014, Francia produjo 17.000 toneladas; Italia, 33.000, y España, 173.000.
Las buenas noticias son que España acabó con sus existencias a finales de la campaña de 2014, mientras que durante el año anterior todavía tuvo producto en las cámaras frigoríficas.
Se prevé que la superficie de cultivo disminuya un 8% en 2015, lo que posiblemente provoque un aumento de los precios de alrededor de 0,30-0,50 euros el kilo.
Desafortunadamente, debido a los precios actuales, los productores están perdiendo beneficios. Por eso el ministerio francés ha comenzado a mediar entre los productores y los minoristas. A los franceses les gustaría que Italia y España hicieran lo mismo.
Marca europea
Durante una de las reuniones anteriores, Francesco Delfanti sugirió la creación de una marca europea para salvaguardar el producto europeo y hacerlo diferenciarse del extraeuropeo.
Siempre refiriéndose a la protección contra el producto importado, Palmieri y Delfanti explicaron que la organización interprofesional del ajo está evaluando la posibilidad de activar políticas para promocionar el producto italiano mediante operaciones de financiación, marketing y formación y relaciones públicas. El objetivo sería aumentar el consumo del ajo nacional frente a las importaciones de países terceros.