El comerciante Recep Sener, quien lleva muchos años vendiendo ajo, asegura que los precios nunca habían sido tan altos.
Sever indica que el ajo se ha estado pudriendo en los campos a causa de la lluvia. "Como solo llega una pequeña cantidad al mercado, esto se refleja en los precios al consumidor. Esto tiene que ver con las condiciones meteorológicas y con que el ajo se esté enviando al extranjero, lo cual está teniendo un efecto en el producto. Como lo estamos comprando a un precio alto, tenemos que venderlo a un precio alto. Los precios cambian en función de la calidad del ajo. Vendemos el de mayor calidad a 3,35 euros, el segundo 2,70, el tercero a 2 euros y el cuarto a 1,65. Nuestros clientes pueden escoger cuál comprar según su presupuesto. No obstante, los ajos escasean en comparación con el año pasado".