A raíz de una notificación emitida el 4 de marzo de 2024 por las autoridades españolas, informando de la detección del virus de la hepatitis A en fresas importadas de Marruecos, se activó una alerta sanitaria del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF). Desde entonces, el incidente ha causado revuelo en la prensa española y marroquí, y ha sido "instrumentalizado en una campaña de desprestigio orquestada contra los productores marroquíes", asevera Amine Bennani, Presidente de la Asociación Marroquí de Productores de Frutos Rojos.
Bennani relata una semana frenética tras la notificación del RASFF: "Tras la notificación española, la ONSSA (autoridades sanitaria marroquí) identificó inmediatamente al productor en cuestión, así como a la central de envasado, gracias a un implacable sistema de rastreo. El productor y el centro de envasado se sometieron a un muestreo exhaustivo, que abarcó todas las fases de manipulación de la fruta, desde los plantones hasta el riego, los invernaderos, los insumos y el centro de envasado. Todas las muestras dieron negativo, y no se detectó ni hepatitis A ni norovirus".
El representante de los productores prosigue: "La ONSSA ha dado un paso más, imponiendo desde el miércoles un cribado de toda la producción marroquí en busca de trazas de estos virus. Se tomaron muestras en todas las fincas y centros de envasado, que se analizaron en los laboratorios de la ONSSA. Los resultados llegaron al cabo de 24 horas, y no se detectaron rastros de hepatitis A ni de norovirus en las fresas marroquíes".
"No cuestionamos la veracidad de la notificación de las autoridades españolas", afirma Bennani, "puede tratarse de un incidente accidental y aislado, probablemente una contaminación a través de un trabajador enfermo durante el transporte. Pero no se trata en absoluto de una contaminación generalizada, ni siquiera a nivel de una sola finca o centro de envasado".
Aunque la asociación de productores no desmiente la notificación española, acusa a los medios de comunicación y a los productores españoles de estar detrás de una campaña de desprestigio contra el sector marroquí: "En cuanto RASFF emitió la notificación, vimos cómo los medios de comunicación españoles se abalanzaban sobre el tema y multiplicaban las emisiones televisivas, las manifestaciones, e incluso utilizaban el incidente para justificar ataques anteriores contra camiones marroquíes. Está claro que el sector de la fresa marroquí es víctima de una campaña de desprestigio española. Dada la rapidez con la que se está orquestando esta campaña, uno se pregunta si no estaría incluso premeditada".
Pero el representante de los productores tranquiliza: "Seguimos haciendo negocios como siempre. Nuestros clientes siguen confiando en nosotros y conocen perfectamente el rigor de las autoridades marroquíes y de la ONSSA. Además, muchos de nuestros clientes en Europa, los países del Golfo y otros lugares han analizado los envíos que recibieron la semana pasada y no han encontrado contaminación alguna".
A finales de semana se añadió un detalle a la polémica en torno a las fresas contaminadas, para asombro de los agentes del sector en España. El lote contaminado fue importado por una empresa con sede en Huelva, lo que pone al descubierto una práctica denunciada tanto en España como en Marruecos, a saber, la redistribución de fresas marroquíes como si fueran producidas en España. Bennani comenta: "Si esto es cierto, es algo que no fomentamos y que no nos gusta. Al contrario, estamos a favor de una mayor trazabilidad y una mejor promoción del origen marroquí".
Bennani concluye: "Es interesante ver que este pequeño detalle delata el estado de ánimo de nuestros colegas españoles, que valoran la calidad de las fresas marroquíes hasta que llega el momento de desprestigiarlas con acusaciones infundadas".
Para más información:
Bennani Amine
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