Izquierda: Los invernaderos se calientan con calefacción geotérmica. Derecha: Este invernadero de pepinos posee un sistema de irrigación circular.
Para demostrar que se pueden cultivar distintos productos en Islandia y cómo se puede utilizar el calor de la tierra, Gunnlaugur Karlsson nos lleva de visita a cinco productores. Es el director de la única organización de ventas de frutas y hortalizas islandesas: SFG. Gracias a una inversión en una marca propia, ha podido aumentar los beneficios de SFG a pesar de la retirada en 2002 de los aranceles de importación que protegían a los productores islandeses.
La rúcula está ganando demanda.
Perejil cultivado en suelo mixto de Islandia y Finlandia.
El mayor desafío para los productores son los elevados costes de mano de obra. Legalmente, es imposible contratar trabajadores temporeros en Islandia. La flexibilidad en el mercado laboral casi no existe, lo que significa que no se pueden contratar empleados de temporada durante la cosecha. El mercado de la mano de obra también es muy ajustado. Ahora que la economía está recuperándose, el desempleo ha disminuido rápidamente casi a cero. Por tanto, varios productores han buscado empleados en el extranjero, sobre todo en Polonia y en los países bálticos. Legalmente, es imposible trabajar con empleados flexibles, y también está prohibido pagar a los recolectores por kilo. Es un problema al que se enfrentan muchos productores.
Izquierda: La máquina envasadora. Derecha: Ensalada envasada.
Abajo: Panorama general de las lechugas en el invernadero.
Aumentar la humedad del aire
La compañía de cultivo de lechugas Hveratun se encuentra en Laugarás. Allí se producen diversos tipos de lechuga en cultivos hidropónicos. Por lo general, la humedad del aire en Islandia es baja, por lo que el productor rocía una niebla dentro del invernadero. "Fue todo un desafío hacerlo bien; sin la niebla, los bordes de las hojas de lechuga se secan", explica Karlsson. La rúcula tiene cada vez más demanda en Islandia. También hay una pequeña superficie de perejil. El perejil se encuentra en una mezcla de suelo islandés y finlandés. Parte de los productos se cortan y se envasan allí mismo; para ello se importó de China una línea mecánica.
Las luces hacen del cultivo de pepinos un gran éxito; no hay importaciones de pepinos.
Sistema cerrado de riego
Helgi Jakobsson y Hildur Ósk Sigurðardóttir cultivan pepinos todo el año en 3.800 metros cuadrados. Su producción es de 600-700 toneladas al año. El cultivo está parcialmente iluminado. Durante los meses de invierno, las luces están encendidas 20 horas al día; en los meses de verano, menos. Los pepinos se cultivan sobre un sustrato de roca volcánica. "El agua que se utiliza aquí marca la diferencia de verdad; los pepinos islandeses son los más sabrosos", afirma Karlsson. Los invernaderos están equipados con un sistema cerrado de riego en el que no se desecha el agua residual. Después de purificarla, se añaden nuevos fertilizantes al agua para que vuelvan a fluir entre las raíces de las plantas de pepinos.
La información sobre el productor en los envases es uno de los aspectos del éxito de los productos agrícolas islandeses.
Cultivo de tomates bajo iluminación
El productor de tomates Fridheimar posee una superficie de varios miles de metros cuadrados de invernaderos. Los invernaderos no se utilizan solamente para cultivar tomates; una parte se utiliza como restaurante y sala de recepción para los turistas. El productor posee un rendimiento de más de 90 kilos por metro cuadrado. Se utiliza agua caliente de tres fuentes para calentar los invernaderos. Gracias al cultivo bajo iluminación, los tomates se pueden cosechar todo el año. En los últimos años, se han cultivado más especialidades, lo que amenaza con provocar una escasez de tomates corrientes, explica el productor Knutur. Entre el 80% y el 85% de todos los tomates de Islandia son nacionales.
El rendimiento de este invernadero de tomates es de 90 kilos por metro cuadrado.
Fresas, cerezas, frambuesas y moras
Comenzó más bien como una prueba en la que se plantaron cerezos en 350 metros cuadrados de la compañía de cultivo Kvistar, que originalmente era un vivero de árboles. Ahora los árboles han crecido completamente y tienen un rendimiento de unos 10 kilos por metro cuadrado. "El sabor de las cerezas es fantástico", según la productora Hólmfríður Geirsdóttir. Hay otro productor de cerezas en la isla, con 50 metros cuadrados. Además de este invernadero de cerezos, también hay varios túneles de estos árboles.
Las frutas de hueso se cultivan a pequeña escala. Izquierda: cerezas. Derecha: fresas.
"Cultivamos las Elsanta, porque tienen buen sabor. Cada dos días, la fruta cosechada se lleva a Reikiavik". Además de las fresas y las cerezas, la compañía también cultiva frambuesas y moras. Kvistar es la única compañía que cultiva frambuesas. "Su sabor es diferente, así que llevará un tiempo presentar las frambuesas. Importamos las plantas de Países Bajos". A pesar de su superficie muy limitada, de algunas decenas de metros cuadrados, es suficiente para abastecer al mercado islandés. Por último, hay una fila de moras en el invernadero. También se trata de un producto nuevo introducido recientemente en el mercado.
Las fresas se cultivan en estos túneles.
La temporada de fresas comenzó la segunda semana de mayo. Los arbustos de frambuesas despiertan cuando la temperatura es de entre 12 y 15 grados. La temporada transcurre hasta finales de agosto o inicios de septiembre. "Es un producto vulnerable, así que estamos buscando formas diferentes de ofrecer las 'berries'", explica Karlsson. "Queremos trabajar con envases más pequeños".
Fresas Elsanta en un túnel islandés.
Champiñones blancos
Por último, visitamos al único productor de champiñones de la isla, Fludasveppir. La compañía comenzó en 1984 y por entonces cosechaba 500 kilos semanales. El tamaño total del mercado de los champiñones se estima en 600 o 700 toneladas al año. De ellas, entre 500 y 600 las cultiva Fludasveppir. La cuota de las importaciones es necesaria para tener competencia en el mercado. El cultivo de champiñones tiene mucho potencial en Islandia. Lo que destaca es que se cultivan sobre todo champiñones blancos. Solo el 10% del cultivo está conformado por champiñones marrones y Portobello.
Arriba, izquierda: las moras son todo un nicho. Abajo, izquierda: en Islandia hay dos productores de cerezas; esta productora posee 350 m2 de cerezas en su invernadero. Derecha: las frambuesas son un producto popular.
Tal vez el mayor desafío para el productor de champiñones es la oferta de fertilizante en el que cultivarlos. Aunque hay muchos caballos en los prados, eso también es un problema; están en los prados, de modo que no se puede recolectar el fertilizante. Por eso, Fludasveppir elabora su propio fertilizante a partir de la paja de la cebada de Islandia. Este proceso es muy tedioso. El otoño pasado, la calidad de la paja fue mala debido a las malas condiciones meteorológicas.
Cultivar champiñones en Islandia no es fácil; para empezar, hay escasez de fertilizante.
Una parte de los champiñones se vende porque tiene más niveles de vitamina D, una afirmación que se hace más a menudo en Australia y Estados Unidos. Dentro de Europa, es más difícil hacerla, debido a las estrictas normas. Para poder afirmarlo, los champiñones se cultivan bajo luces ultravioletas. "También queremos una etiqueta ecológica para los champiñones", afirma Karlsson. "He hablado con un asesor y asegura que casi la tenemos. Cumplimos entre un 90% y un 95% de la regulación".