El presidente de la Asociación de Productores de Minikiwis de Nueva Zelanda, Geoff Oliver, señala que estas frutas tienen mucho éxito entre los niños porque son dulces y fáciles de comer. También han triunfado entre los adultos y se pueden utilizar en smoothies, ensaladas, platos salados y dulces, en repostería, para elaborar mermelada y, en especial, para decorar postres.
Pero esta delicada fruta, que todavía es una novedad para muchos neozelandeses, requiere un manejo cuidadoso desde la recolección hasta la tienda.
"Los minikiwis crecen en racimos y se deben recolectar con cuidado y retirar los tallos", explica Oliver, que lleva unos doce años cultivando este producto y es el director de Kiwi Produce, en Paengaroa, que envasa minikiwis para los productores locales.
El envasado de minikiwis un proceso más lento que el del kiwi convencional y Kiwi Produce cuenta con un equipo de envasadores experimentados que han recibido formación en control de calidad y manipulación de la fruta, como su colocación en cestitas para la exportación y el mercado local.
"La producción de minikiwis en Nueva Zelanda está aumentando y preocupa que se produzca una sobreoferta en el mercado que podría afectar a los ingresos de los productores".
"Es un cultivo caro de cultivar. Las plantas son muy vigorosas y la poda de invierno puede costar entre 20.000 y 40.000 dólares por hectárea, mientras que la del kiwi verde puede costar entre 5.000 y 6.000 dólares por hectárea. Los costes de cosecha también son más altos, ya que los recolectores cobran por hora porque es un trabajo lento".
Los costes de envasado y flete acrecientan los costes de producción. "No obstante, en una buena temporada, los retornos por hectárea se aproximan a los del kiwi verde".
Esta temporada, preocupa el hecho de que en algunas fincas haya habido abortos de frutas, que han caído al suelo antes de la cosecha.
"No sabemos muy bien por qué, pero para los productores es decepcionante perder fruta a estas alturas".