"El hecho de no poder enviar fruta a Rusia no es por culpa de nuestras empresas, pues hasta hace 4 años lo hacíamos con total normalidad. El problema ha devenido a raíz de una actuación política Comunitaria, que ha sido contrarrestada con el llamado 'veto ruso' . Los agricultores y las empresas, en nuestra planificación productiva de años atrás teníamos en cuenta la capacidad de consumo de nuestro mercado natural y tradicional, entre el que por supuesto se encontraba el ruso. Este cierre de fronteras ha supuesto un exceso de stocks de fruta, que en años de producción normal no puede tener otra salida, con un significado perjuicio para el sector en origen", manifiesta Jordi Mora.
Y es que, parte de la fruta tiene que dejarse de recolectar en campo, pues "los almacenes no pueden asumir más carga por tener toda su capacidad de frío y de producción agotadas en muchas etapas de la campaña, con las enormes pérdidas que ello supone para el agricultor", afirma el presidente.
Además, mucha fruta tiene que ser enviada directamente a la Industria para su transformación en zumo, a precios de alrededor de 3 céntimos, con lo que significa de pérdida para el agricultor y la Central hortofrutícola. "La fruta que es enviada a mercados, lo es a unos precios tan bajos que no cubren ni buena parte del coste de producción en el campo ni del coste de producción de almacenamiento en cámaras y de envasado".
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Jordi Mora
Excofrut