California desvela las más estrictas normas para los pesticidas
Las restricciones anunciadas el pasado miércoles se centran en la cloropicrina, un pesticida que se inyecta en el terreno antes de plantar cosechas como fresas, tomates y almendros. En los últimos años, este producto químico ha provocado que cientos de personas padezcan irritación en los ojos, ataques de tos y dolores de cabeza, según afirman las autoridades.
La nueva regulación supera los estándares requeridos por la Agencia de Protección Medioambiental de los EE. UU.
Bajo las nuevas normas, los agricultores tienen la limitación de aplicar el pesticida en un máximo de 40 acres diarios (unas 16 ha), una reducción del 75%. También amplía la distancia entre los campos y la actividad humana, en algunos casos hasta doblarla.
El estado ha mantenido conversaciones con los productores durante más de un año sobre los nuevos estándares y empezará a ponerlos en práctica de forma inmediata, siendo su total cumplimiento obligatorio para 2016.
Los productores de California temen que el endurecimiento de las restricciones aumente los costes de sus productos hortofrutícolas, lo que podría sacar el mercado fuera del estado o del país. Los productores de almendra y uva utilizan la cloropicrina una vez cada veinte o treinta años, cuando plantan un nuevo huerto o viñedo, pero los productores de fresas, que lo utilizan cada temporada, pueden ser los más afectados.
California produce el 88% de la cosecha de fresas del país, con lo que sostiene una industria de 2.300 millones de dólares, según Carolyn O’Donnell, portavoz de la Comisión de la Fresa de California, que afirma que les costará a los productores de fresas del estado una cifra estimada de 20 millones de dólares comprar lonas actualizadas para cubrir sus cosechas y cumplir los nuevos estándares.