"Hay muchas existencias de manzanas en Europa, en especial en Italia y Europa del Este", señala David Socheleau, de Le Vergers de La Blottiere/Apple-Bird. Su firma importa manzanas y peras de Chile y Argentina para los minoristas de Francia y Europa, y aunque confía en que los minoristas europeos seguirán demandando una abundante cantidad de manzanas Gala, otras variedades más comunes quizá no encuentren un mercado tan receptivo este año.
"Algunas existencias podrían acabarse más tarde de lo habitual este año, y eso podría tener un efecto sobre los precios y la demanda de fruta del hemisferio sur", añade Socheleau. "Algunos minoristas franceses quizá se ciñan a las manzanas francesas y del hemisferio norte lo máximo posible, tal vez hasta julio. Pero otros minoristas europeos podrían tener acuerdos que requieran ciertos niveles de azúcar o estándares de calidad, u opten por el mejor producto disponible". Aunque algunos minoristas podrían optar por las manzanas de Sudamérica, más frescas, Socheleau espera que las importaciones de manzanas de Chile disminuyan entre un 10 y un 20 por ciento este temporada debido a los prolongados volúmenes del hemisferio norte.
Sudáfrica competirá con Chile por las ventas en Europa, pero Socheleau opina que los expedidores sudafricanos se centrarán más en Asia. Abrir nuevos mercados en Asia es una gran empresa, por lo que es poco probable que la fruta sudafricana haga muchos nuevos avances en Europa. Aunque el veto a las mercancías europeas en Rusia sigue dejando la puerta abierta para la fruta del hemisferio sur, la situación económica de Rusia convierte al país en un destino poco atractivo.
"Podemos enviar fruta sudamericana a Rusia", apunta Socheleau, "pero con la devaluación del rublo ruso, creo que Chile enviará menos fruta a Rusia. Aunque esto supone un problema mayor para Argentina, porque han sido un gran proveedor para Rusia en el pasado".