Italia: Racemus recibe el galardón Grappolo d’Argento por su innovadora campaña de comunicación
Pero, ¿por qué les contamos esto? Porque la XVII edición del premio internacional Grappolo d’Argento-Città di Rutigliano, el prestigioso galardón que el Ayuntamiento de Rutigliano y el comité Sagra dell’Uva di Rutigliano conceden a quienes destacan en la promoción de uvas de mesa, nos recuerda lo esencial que resulta una buena campaña de comunicación para ayudar a promocionar un producto.
El galardón se entregó a Teresa Diomede durante Fruit Logistica 2015 de manos del alcalde de Rutigliano, Roberto Romagno, y Paolo Bruni, presidente del CSO.
Los jueces argumentaron su decisión diciendo que “la compañía escoge herramientas innovadoras para promover las uvas de mesa y el territorio en el mercado y entre sus clientes. Este modelo ha dado lugar a relaciones que desarrollarán cada vez más atención hacia la cadena. En un mercado en continuo cambio, la Administración de Rutigliano reconoce y premia este modelo, al considerarlo estratégico para el desarrollo del sector de la uva de mesa”.
Teresa Diomede con Pinuccio Valenzano y Roberto Romagno, el asesor de Agricultura y el alcalde de Rutigliano, respectivamente.
Dicho esto, quizá no sorprenda que el premio haya sido concedido a Racemus, compañía especializada en la producción y venta de uva de mesa y gestionada por Teresa Diomede. De hecho, ha destacado a lo largo de los años por su atención particular a la promoción del producto, a menudo usando técnicas únicas e innovadoras.
Foto de grupo con el premio.
La compañía fue la creadora y protagonista de un corto titulado Terroni, que rodó el año pasado Brunella Filì, junto al food hacker y foodteller Nick Nicola Difino y la joven Martina Ferrara (fotografía). Cuenta la historia de una compañía a partir de su verdadera fuerza motriz: sus empleados. Las entrevistas se centran en las personas, en su trabajo y en su compromiso, y hace una especie de sugerencia sobre cómo encontrar la felicidad. El corto también se mostró en el estand de APOC en Fruit Logistica 2015 para celebrar haber ganado el premio.
Foto de grupo durante Fruit Logistica en el estand de APOC, organización de productores de la que Racemus es miembro.
Racemus es también, probablemente, la única explotación comercial cuya carta de presentación es... ¡un superhéroe! Testa di Chicco (Cabeza de Uva) es un hombrecillo de madera con una uva por cabeza y una capa elaborada con una hoja de parra, como cualquier superhéroe que se precie. Es el protector de los cultivos y la mascota de la compañía, e incluso tiene su propia página en la web de la compañía.
Testa di Chicco.
La atención que Racemus y Teresa Diomede dedican a la innovación en la comunicación no es nueva. Por ejemplo, para el 150 aniversario de la unificación italiana, se lanzó al mercado una nueva caja de madera conmemorativa diseñada por el artista Nick De Marinis, quien también diseñó la W la Puglia de 2008.
Envase W la Puglia.
Finalmente, en 2012, la compañía (que ya contaba con la certificación GlobalGAP), lanzó la certificación 3D, un sistema de trazabilidad experimental que permite la identificación de la ubicación de los campos (longitud y latitud), el tipo de implante, la variedad, las fotos, las intervenciones y los residuos. Es una forma de mostrar que las uvas de mesa han alcanzado los estándares de alta calidad.
Desde la izquierda, Vito Renna (agrónomo de Racemus y gerente de zona en Apoc), Teresa Diomede y Rosario Ferrara.
“Nos sentimos muy honrados y felices de haber ganado un premio tan prestigioso y nos gustaría dar las gracias una vez más a la Administración de Rutigliano por haber creído en nuestro modelo empresarial”, dice Teresa Diomede.
“Sabemos que un reconocimiento así conlleva una gran responsabilidad, pero nos sentimos preparados y motivados para seguir con nuestro trabajo y revertir en la cadena todos los beneficios que este premio nos aportará”.
Teresa con su esposo Vito Franchini.
"Como titular y portavoz de la compañía, también me gustaría dar las gracias a todos aquellos que me ayudan cada día; a mi esposo Vito, a Antonio José Bastida López, a nuestros empleados, técnicos, socios, a APOC y, por último, pero no menos importante, a mi familia. Tantas uvas en un solo racimo, cada una con su papel e historia propios”.