Mientras que el norte de Moldavia destaca por las manzanas y el sur por el cultivo de la vid, en el centro del país es donde se encuentran las cerezas más sabrosas. Staragro tiene allí una plantación de cerezas desde 2008, que ha pasado de 15 a 50 hectáreas a lo largo de los años. "Da para una media de medio millón de kilos de cerezas al año", asegura Stefan Pislaru.
"Desde finales de mayo hasta finales de julio, cosechamos 16 variedades de cerezas casi continuamente, con pausas muy ocasionales de unos pocos días. Las variedades más importantes son Kordia, una cereza oscura que va bien en prácticamente todos los mercados, y Regina, una cereza de tamaño estable, textura firme y buena vida útil".
Stefan Pislaru, director de ventas.
Variedades diversas
En parte por cuestiones laborales –la edad media de la plantilla es de 50 años, y cada vez es más difícil encontrar buen personal en el centro de Moldavia, donde la capital del país compite ferozmente por la escasa mano de obra disponible–, la empresa adopta la estrategia de cultivar múltiples variedades para evitar la concentración de la cosecha.
"Cada una tiene su época de cosecha y su productividad media, que oscila entre 5 y 15 toneladas por hectárea, según la polinización y las condiciones meteorológicas. También nos permite dar trabajo continuo a los recolectores durante esos dos meses. Plantar toda la superficie con Kordia y Regina, aunque son cerezas apreciadas en el mercado europeo, no tiene mucho sentido al concentrarse en una misma franja temporal sus cosechas", razona Stefan.
Sin embargo, añade que la renovación varietal es el camino a seguir. "Precisamente el año pasado sustituimos cinco hectáreas de variedades menos demandadas por una nueva variedad club, desarrollada en Alemania. Los portainjertos proceden de los Países Bajos. Esta productiva cereza se autopoliniza y se cosecha una semana más tarde que la Kordia. E igual de importante: tiene demanda en el mercado de la UE".
"Pero como las preferencias y los requisitos difieren bastante según el destino, con una distinción clara entre Europa occidental y oriental, nos gusta tener varias variedades en nuestro surtido. El precio de venta es otra diferencia entre las dos regiones, y los mejores contratos los cerramos en Occidente", explica Stefan.
Primero, los Países Bajos
Tras haber abastecido durante años el mercado ruso y de otros países de la CEI, Staragro se ha centrado, desde 2020, en la Unión Europea. "Empezamos con un camión cargado de cerezas para Países Bajos, donde todavía tenemos contactos. Luego empezamos a enviar a lugares como Alemania, Polonia, los países bálticos y Rumanía".
Mientras que las manzanas moldavas tienen más dificultades para entrar en la UE –cuyos almacenes están llenos hasta los topes con sus propias cosechas durante meses–, es un mercado más evidente para la fruta de hueso y la uva. En el caso de las cerezas, la historia es algo más complicada, pero no cabe duda de que existen oportunidades. "Es imprescindible aplicar un tratamiento poscosecha adecuado, sobre todo para un producto tan delicado como la cereza. Sin hidroenfriamiento, clasificación de precisión y trazabilidad, no tienes ninguna posibilidad", afirma el joven jefe de ventas.
Hacia una marca propia
Inmediatamente después de cosecharse en la cálida primavera y el verano, las cerezas deben enfriarse sin demora para conservar su calidad. Un hidroenfriador baja la temperatura del hueso a 2 °C en 10-12 minutos. En Staragro, las cerezas se someten a una clasificación óptica en función del color, el tamaño y los defectos externos e internos en una línea de Unitec, y después se almacenan, de nuevo, a 2 °C. "Nuestros clientes reciben siempre cerezas frescas, por ahora, todavía en cajas de uno, dos o cinco kilos. Ya estamos pensando en las tarrinas, pero para eso primero tenemos que comprar una nueva línea. También está en la lista de deseos tener una marca propia, aunque algunos compradores quieren envases sin logotipo. Otra opción es la conocida caja con el eslogan Moldavia, el sabor marca la diferencia", prosigue Stefan.
Arte en la pared del centro de envasado de Staragro.
Lluvia
No se explica muy bien por qué la cosecha de cerezas de este año empezó una semana antes de lo habitual. "Hubo incluso algunos problemas con la polinización porque abril fue demasiado cálido. Después no tuvimos heladas nocturnas, aunque estábamos preparados con unos calentadores de gas. Las mallas protegen las cerezas de las tormentas de granizo. La lluvia también puede cambiarlo todo, y este año las variedades de media temporada han sufrido. Sin embargo, gracias a la línea clasificadora, hemos podido ofrecer una buena calidad constante, aun con las complicaciones por la lluvia. Conseguimos buenos volúmenes al principio de la temporada, y las variedades tardías, incluidas Regina y Kordia, no presentaron rajado o apenas nada".
Lady Cot y Kyoto
Además de cerezas, Starargo cultiva albaricoques Lady Cot y Kyoto en cinco hectáreas. Los recolecta a lo largo de julio, y este año ha sido la primera producción en los campos situados en el municipio de Ustia, cerca del río Dniéster. "Como en toda Moldavia, nuestra cosecha ha sido satisfactoria".
"Enviamos los albaricoques a Países Bajos y Rumanía. A pesar de que el trayecto es más largo, llevar la fruta de hueso a los Países Bajos compensa económicamente", indica Stefan, que recibió la asistencia de Adelina Borta, especialista en marketing de Starargo, para contar la historia de las cerezas y los albaricoques.
"También creo que es fundamental señalar que nos mueve la pasión tanto por la fruticultura como por nuestro país", asegura Adelina. "Moldavia es pequeña y desconocida, pero eso no quita que produzca fruta de excelente calidad. La sostenibilidad es otro aspecto que no descuidamos. No echamos a perder el agua y una empresa especializada recicla todos nuestros residuos de plástico. Además, con la instalación de más paneles solares pretendemos ser completamente autosuficientes en energía, incluso en plena cosecha, cuando un gran usuario como nuestro hidroenfriador trabaja horas extras", concluye.
La especialista en marketing Adelina Borta, el director de ventas Stefan Pislaru y la directora general Mariana Pislaru.
Visitante importante
También es agradable mencionar que, durante una visita de Estado a Chisinau el 17 de junio, Staragro obsequió a Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, con una cesta llena de cerezas. Que eran de su agrado lo demuestra una maravillosa carta dirigida a Mariana Pislaru, madre de Stefan y gerente de la empresa, y firmada por el propio Blinken. En ella expresaba su gratitud por las deliciosas cerezas que tuvo el privilegio de encontrar en la Embajada de EE. UU.
Staragro cuenta con las certificaciones GlobalGAP y GRASP y estará presente en la próxima edición de Fruit Attraction en Madrid. Puedes encontrar a la empresa en el stand conjunto de la organización del sector, Moldova Fruct, 10D18.
Para más información:
Stefan Pislaru (director de ventas)
Staragro Group Ltd
Ustia (Dubasari) - Moldavia
Móvil +373 79 777 805
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