En la soleada región de Telavi, con las majestuosas montañas del Cáucaso como telón de fondo, Georgian Walnut Enterprise se está consolidando como uno de los principales productores de nueces de Georgia. Este fruto tiene un profundo arraigo en el patrimonio culinario del país, y con unos volúmenes de cosecha en constante aumento, se espera que las exportaciones sigan la misma tendencia al alza.
"Plantamos nuestra primera finca en 2015", dice Giorgi Meskhidze, cofundador de la empresa. "Cuarenta hectáreas. Y cada año desde entonces, hemos añadido otras cuarenta". Hoy, sus campos abarcan unas impresionantes 230 hectáreas, lo que las convierte en una de las mayores plantaciones de nogales del país.
La primera cosecha comercial llegó en 2020, con casi 100 toneladas. "El año pasado alcanzamos las 400 toneladas", señala Giorgi. "Este año aspiramos a 800, y en tres años esperamos alcanzar las 1.200 toneladas". Su objetivo es claro: un rendimiento medio constante de 5 a 6 toneladas por hectárea.
Georgian Walnut Enterprise cultiva exclusivamente la variedad Chandler. "Lo importante es la calidad", explica Giorgi. "Alto contenido en aceite y excelente sabor. Pero la Chandler tiene un sabor ligeramente distinto según la región de cultivo; incluso dentro de Georgia se notan sutiles distinciones". Situada cerca de Telavi, con vistas panorámicas del alto Cáucaso, la empresa fue la primera del país en plantar nogales Chandler a escala comercial.
En la soleada región de Telavi, con el majestuoso telón de fondo de las montañas del Cáucaso, Georgian Walnut Enterprise se está consolidando como uno de los principales productores de nueces de Georgia.
Interés creciente y competencia mundial
El año pasado, el 40% de la cosecha se exportó a destinos como Grecia, Chipre, EAU y Albania. También crece el interés mostrado por la India, sobre todo Bombay. "Asistimos a cinco ferias internacionales al año: Madrid, Berlín, Tokio, Francia y EAU", explica Giorgi. Sin embargo, la competencia mundial es feroz, sobre todo en Estados Unidos y Chile.
"El mercado de Oriente Medio está muy disputado. Enviamos a EAU en contenedores frigoríficos de 20 pies. Normalmente, ese trayecto dura 25 días, pero las perturbaciones geopolíticas hicieron que un envío tardara el año pasado hasta 90 días". Mientras que los envíos a Grecia se hacen por mar, el transporte por carretera es más eficaz para Europa occidental: se tardan apenas diez días. Para la exportación, solo se admite la calidad superior: nueces pálidas, que presenten un color claro de manera natural, no blanqueadas químicamente como algunas procedentes de Estados Unidos.
Lavado y clasificación
Desde 2020, la empresa cuenta con unas instalaciones de procesado de última generación equipadas con máquinas españolas Obreo. "España es líder en el procesamiento de nueces", asegura Giorgi. "Gracias a las subvenciones del gobierno y al apoyo de USAID, pudimos invertir tanto en el cultivo como en el procesamiento".
Las nueces se lavan a fondo —se eliminan hojas, piedras y otros restos— y luego se secan con aire caliente a entre 30 y 36 °C. "Dependiendo del contenido de humedad, el secado puede durar entre 10 y 40 horas", explica Giorgi. "Los pequeños productores suelen confiar en el secado al sol, pero eso es mucho menos fiable".
Las nueces se secan con aire caliente a entre 30 y 36 °C.
Una vez secas, las nueces se clasifican por tamaños: 30, 32, 34, 36, 38 y 38+. Esta última categoría —solo el 1% de la cosecha— es la más cara. Las nueces se envasan en sacos de 10 kilos. "El 90% de la cosecha se vende con cáscara", añade Giorgi. "El resto lo pelamos nosotros, ofreciendo mitades o cuartos para el mercado local".
Filosofía de residuo cero
Ni siquiera las cáscaras de las nueces se desperdician. "Las vendemos a una fábrica que las convierte en pellets y briquetas, ideales para estufas y hornos industriales". Mientras que algunos procesadores compran a otros cultivadores para maximizar su capacidad, Georgian Walnut Enterprise prefiere ampliar su propia superficie. "La calidad lo es todo", subraya Giorgi. "Con proveedores externos, no siempre se puede garantizar la consistencia, especialmente en lo que se refiere a los niveles de residuos".
Desafíos climáticos
Según el jefe de cultivo, Misha Abashidze, el granizo es la mayor amenaza del nogal. "Las mallas no son una opción porque los árboles son demasiado altos y los campos demasiado extensos". En 2021, una tormenta de granizo de diez minutos en agosto acabó con toda la cosecha. Se utilizan cañones antigranizo, pero están lejos de ser infalibles.
Situada cerca de Telavi, con vistas panorámicas del alto Cáucaso, la empresa fue la primera del país en plantar nogales Chandler a escala comercial.
La lluvia durante la cosecha también puede ser problemática. "El tiempo seco es ideal", explica Misha. "La cosecha dura entre 20 y 30 días. Sacudimos los árboles, agrupamos en hileras las nueces caídas y luego las recogemos con máquinas".
Durante el verano, los árboles necesitan mucha agua. "El resto del año, el riego no es esencial", dice Misha. "Por suerte, nunca nos falta: tenemos un pozo profundo que produce miles de litros diarios, solo, gracias a la presión subterránea alimentada por el agua de deshielo glaciar del Cáucaso". Para regar con eficacia, controlan la presión foliar, un indicador preciso de las necesidades de agua del árbol.
Aumento de la demanda
La demanda mundial de nueces de calidad va en aumento. "En parte porque la producción en California está disminuyendo debido a la escasez de agua", señala Giorgi. "China está aumentando la superficie, pero su calidad no está a la altura de la nuestra". Chile es un competidor más serio. "También cultiva Chandler de alta calidad, pero nosotros tenemos una ventaja estratégica: nuestra cosecha tiene lugar en octubre, justo dos meses antes de la temporada navideña. Chile cosecha en marzo y abril, unas fechas menos favorables para los mercados más importantes".
"La recolección dura entre 20 y 30 días. Sacudimos los árboles, agrupamos en hileras las nueces caídas y luego las recogemos con máquinas".
Georgian Walnut Enterprise trabaja con socios del retail. "Solemos cerrar los contratos en septiembre, justo antes de la cosecha", indica Giorgi. "También invertimos mucho en estudios de mercado. En el extranjero, seguimos viendo en los estantes nueces negras, de tamaño insuficiente o sin sabor. Queremos ofrecer algo mejor". Las nueces georgianas tienen el mismo precio que las chilenas, aproximadamente un dólar más por kilo que los productos estadounidenses.
La unión hace la fuerza
En la actualidad, Georgia cuenta con tres centros de envasado de nueces. Las instalaciones de Georgian Walnut Enterprise tienen una capacidad de 1.200 toneladas. "Eso no es suficiente para abastecer por nuestra cuenta a un gran retailer europeo", reconoce Giorgi. "Por eso queremos asociarnos con otros productores georgianos. Solo juntos podemos garantizar un suministro constante y fiable".
Para más información:
Giorgi Meskhidze (cofundador)
Misha Abashidze (jefe de cultivo)
Georgian Walnut Enterprise
Anjaparidze N3
0179 Tiflis (Georgia)
Tel.: +995 577 403 099
[email protected]
www.georgianwalnut.com