Parece que los arándanos silvestres sufrirán una merma de volumen.
"La previsión de arándanos silvestres en el este de Canadá y en Maine de hace un mes apuntaba a alrededor de 131.500-136.000 toneladas. No obstante, en Maine y Nuevo Brunswick se han producido heladas, por lo que estas regiones se han visto bastante afectadas", dice Jean-Pierre Senneville, presidente de Quebec Wild Blueberries, con sede en St-Félicien, Quebec. Señala, asimismo, que es posible que la sequía reciente en Nueva Escocia y Maine también haya afectado al cultivo. "Ahora mismo, nos llega que los volúmenes totales es posible que no superen las 102.000 toneladas. Ha descendido el volumen", afirma.
A eso hay que sumarle la producción propia de Quebec, que, según Senneville, será similar a la del año pasado o posiblemente algo superior. "Todavía nos quedan de tres semanas a un mes de recolección, pero se prevé una cosecha muy satisfactoria para Quebec. Tendremos 3.300 toneladas más solo de Quebec", dice Senneville.
Presión del mercado de frescos
En total, estas cifras llegarán a un mercado de arándanos para la industria que ya parece inferior. "Hay aproximadamente 45.300 toneladas menos de arándanos cultivados en los Estados Unidos. La Columbia Británica también tiene un 30 por ciento menos que el año pasado", indica Senneville. "Y hay un mercado de frescos muy fuerte, así que yo diría que no habrá más allá de 159.000 toneladas de fruta para la industria transformadora este año en comparación con las más de 181.400 del año pasado. Por lo tanto, habrá menos fruta para la industria y cero existencias de arándanos silvestres".
De hecho, la pandemia ha despertado un fuerte interés en la fruta congelada, según Senneville. "El sector minorista ha sido fenomenal", asegura. "La gente buscaba fruta para conservar en la nevera o el congelador porque no podía hacer la compra todos los días, así que la fruta congelada y, es más, la fruta congelada ecológica han estado más buscadas. Las bolsas de producto ecológico para el retail han tenido una demanda fortísima".
La dificultad de la mano de obra
Para satisfacer la demanda, sin embargo, las regiones se están enfrentando a dificultades con la mano de obra, como muchas regiones productoras de Norteamérica. "Todavía nos quedan de tres semanas a un mes de recolección, tenemos que cosecharlo todo pese a la falta de mano de obra", lamenta Senneville. Dice que la escasez de trabajadores tiene que ver con varios aspectos, desde la indecisión del Gobierno para emitir visados de trabajo hasta cuestiones políticas, entre otros.
En cuanto a precios, Senneville opina que, aunque todavía son difíciles de establecer, prevé precios más altos. "Dudo de que podamos estar a la altura de otros años, así que tendremos que averiguar en qué nivel estaremos", comenta.
En cuanto al futuro, Senneville observa las condiciones meteorológicas en regiones como Maine y Nueva Escocia, que últimamente han tenido temperaturas altas que han afectado al cultivo. "Con suerte, podremos estabilizar los volúmenes, que ya estaban mermados", expresa.
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Jean-Pierre Senneville
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