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Avanza el cultivo de arándanos en la región en la que se encuentra el desierto más seco del mundo

Un exitoso trabajo sobre el impacto de bioalgas en la agricultura del desierto lo que llevó al Centro de Bioinnovación de la Facultad de las Ciencias del Mar de la Universidad de Antofagasta (CBIA) a consolidar, junto a un grupo de agricultores, el proyecto de cultivo de arándanos en la región. Una iniciativa que despierta interés por su marcada impronta innovadora y que ya tiene plantas instaladas en el centro de innovación y en los terrenos de la Cooperativa de Campesinos Atacameños Lickanantay ubicada en la localidad de Toconao, distante a 10 kilómetros de San Pedro de Atacama.

Fue el 18 de noviembre del 2022 cuando se realizó el lanzamiento de esta iniciativa denominada “Diversificación productiva de la Región de Antofagasta, mediante el desarrollo de cultivos de arándanos en zonas áridas con suelo mejorado a través de hidrolizado microalgal”, financiada por el Fondo de Innovación Agraria (FIA). El proyecto de inmediato comenzó a llamar la atención, alentado también por los buenos resultados del cultivo de arándanos en Perú bajo condiciones climatológicas similares, lo que permitiría producir esta apetecida baya con plantas cultivadas en macetas.

“La importancia de este proyecto es que se basa en la diversificación productiva de la región. Sustentado por el boom mundial del arándano y en su misma esencia innovadora ya que esta especie solo se cultivaba en el sur de Chile y en la región de Coquimbo”, explica la investigadora del Centro de Bioinnovación de la Universidad de Antofagasta (CBIA), Loreto Cavieres.

Es así que los profesionales de la UA asumen el desafío teniendo en cuenta factores como el clima, la alta radiación, la casi ausencia de lluvias y la disponibilidad de terrenos. Fue así que se forjó una alianza con los agricultores de Toconao y con la empresa Paisaje Antofagasta para terminar de dar vida a esta innovadora iniciativa que ya cuenta con 420 plantas de la variedad Emerald en Toconao y 120 en las instalaciones del CBIA en la capital regional.

Transferencia tecnológica
El proyecto tiene objetivos claros: que los agricultores de la zona conozcan y se interioricen en el manejo productivo del arándano, y se genere transferencia tecnológica que les permita diversificar su matriz productiva, actualmente centrada en el cultivo de vides.

“Debido a los requerimientos de suelos que tienen los agricultores para la creación de sus jardines, es necesario que el proyecto base su transferencia tecnológica en la posibilidad de dejar suelos mejorados con microalgas para que ellos no tengan, por ejemplo, que traer fertilizantes naturales desde otras regiones”, precisó Cavieres.

Fuente: uantof.cl

Fecha de publicación: