A principios de enero terminó la campaña de la pitahaya, cuyos primeros volúmenes empezaron a cosecharse en el sur de España a mediados de junio. “Esta campaña ha
ido por lo general bastante bien excepto por el mes de julio, cuando el elevado calor incidió en la floración”, explica Alberto Garrocho, al frente de la cooperativa internacional S.C.A. Pitahayas de Andalucía. “Las elevadas temperaturas coincidieron con la maduración del primer sistema floral de las plantas, adelantándola y provocando una pérdida de en torno a un 20-25% de esa primera producción. Al madurar demasiado rápido, la floración de la segunda cosecha también se vio un poco anticipada, lo que hizo que los calibres se quedaran un poco cortos”.
“Aparte de eso, estamos muy contentos con los resultados y porque cada vez más agricultores se están uniendo a nuestra cooperativa. Este mismo martes se confirmó la entrada de 14 socios de la provincia de Cádiz, después de que se hubieran unido 18 productores de pitahaya de Sevilla y Huelva. En total, ya somos 82 socios tanto de España como de Portugal”.
“Al tener una gran cantidad de agricultores diseminados por diferentes provincias y entre los dos países, podemos asegurar un suministro estable a lo largo de la campaña y eso es algo que nuestros clientes nos han agradecido mucho”, remarca Alberto. Y no solo eso; la pitahaya española es un producto de proximidad en Europa con una mínima huella de carbono comparada con las importaciones y “muy competitiva en cuanto a precios y calidad”.
“La mayoría del resto de pitahayas del mercado proceden de Latinoamérica y, menos las que vienen por vía aérea, un transporte que encarece el producto, se cortan sin alcanzar su madurez para que puedan realizar la travesía en barco, lo que afecta al sabor de la fruta que llega a Europa”, recuerda Alberto Garrocho. “Por el contrario, aquí hacemos una pitahaya exenta de costes logísticos que se cosecha en su punto óptimo de maduración, y eso el consumidor europeo lo está valorando”.
“De hecho, hemos ampliado esta campaña los mercados adonde llegan nuestras pitahayas y hemos estado exportando a Países Bajos, Francia, Alemania e Inglaterra, además de comercializarlas en España”.
“El año que viene podremos estar rondando los 300.000 kilos”
Con un fuerte carácter exportador, ya que el 70% de la producción de los socios de S.C.A. Pitahayas de Andalucía se destina a los mercados centroeuropeos, la pitahaya es una fruta exótica con un elevado potencial y una alternativa a los productos tradicionales en la zona sur de España que demuestra ser rentable, ya que en el difícil contexto inflacionario y de descenso del consumo de 2022 “ha tenido una diferencia mínima de precio con respecto al año pasado”, comparte Alberto. Además, las variedades autopolinizantes, que la cooperativa ya está testando en sus campos de ensayo, ofrecen nuevas posibilidades.
“El cultivo de pitahaya sigue creciendo. En Pitahayas de Andalucía ya contamos con una superficie de 30 hectáreas frente a las 12 del año pasado; no solo de los agricultores nuevos, sino de las ampliaciones que están haciendo los socios de la cooperativa. Como consecuencia del calor extremo en julio, en esta campaña habremos producido unos 157.000 kilos, pero para el año que viene, si todo fluye con normalidad y teniendo en cuenta la producción de los nuevos socios, podremos estar rondando los 300.000”.
“Estar unidos bajo una misma entidad puede ser un avance primordial que nos lleve al éxito a los productores españoles de pitahaya. Sobre todo en una fruta de la que no tenemos competencia en Europa”.
Para más información:
Alberto Garrocho
S.C.A. Pitayas de Andalucía
Tel.: +34 669 368 384
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