Van Rooyen no parece muy impresionado con la desastrosa cosecha y el rango de precios resultante, ni siquiera a la luz de la crisis global. "En abril, el precio de las peras Conferencia se puso por las nubes, pasando de 40 céntimos a 1,40 euros, y se vendieron como churros. La recesión no parece afectar a la fruta arbórea, por lo que yo observo". El progreso de las variedades "club" tampoco lo desconcierta. "Las variedades tradicionales siempre venden, no me cabe duda. Holanda tiene sus Elstar y Conferencia, Bélgica la Jonagold y Francia la Golden. Estos siguen siendo los principales participantes del mercado".
Impresiona muchísimo más el hecho de que el mercado de la fruta arbórea se haya convertido en un asunto global, como afirma Van Rooyen. “Nueva Zelanda está haciendo un buen trabajo últimamente. Las tasas de cambio están a favor del país y lo saben".
Frupaks solo comercializa la fruta cultivada por su personal propio. "Esto significa que tenemos el control de la cadena completa. Gracias a la tecnología moderna y los métodos de cultivo somos capaces de distribuir fruta de la mejor forma posible".