Ying Sun opina que el desconocimiento es la causa de las reducidas cifras de ventas. "A diferencia de la banana habitual, la banana malaya es mejor consumirla cuando está marrón, pero en Occidente estamos acostumbrados a comer bananas amarillas; asociamos el color marrón con "estropeado". En ciudades como Ámsterdam, Londres y París, donde existen más grupos étnicos familiarizados con la banana malaya, las ventas son mucho mejores. Es el resto de Europa quien no compra".
