“Cada año tenemos más producción", ha dicho Andrés Rodríguez, presidente ejecutivo de la Chilean Walnut Commission, asociación gremial de procesadores y exportadores de nueces de Chile. Ha señalado que actualmente Chile produce 40.000 toneladas métricas de nueces al año, pero es probable que esa cifra alcance las 60.000 toneladas métricas en los próximos tres años. Rodríguez atribuye a las nuevas plantaciones la principal causa del crecimiento, y esas plantaciones han sido motivadas por las buenas condiciones para el cultivo de la nuez y la rentabilidad que estros frutos chilenos pueden obtener.
“Se puede dar el caso de que algunos productores hayan pasado de cultivar otros frutos secos a cultivar nueces porque buscan un cultivo rentable", ha dicho Rodríguez. “Y hoy en día, las nueces son uno de los cultivos más rentables de Chile". Una de las razones es la alta calidad chilena. Como el sabor y la calidad se valoran mucho, existe una inclinación para la compra de nueces chilenas.
“El producto chileno también tiene mejor color", ha explicado Rodríguez. "Las nueces de aquí tienen un color más claro y vivo y eso lo convierte en un producto muy atractivo". El sabor es también muy poco amargo, y eso, junto con el contenido oleoso, que aumenta el sabor y la vida útil, hacen de él un producto de primera calidad.
“Disfrutamos de buenas condiciones de cultivo", ha añadido Rodríguez. "El clima, el suelo y las condiciones naturales contribuyen a la calidad, pero Chile también es conocido por los altos estándares de procesado". Sigue habiendo un importante porcentaje de nueces cuya cáscara se rompe a mano, y esa atención adicional, aunque resulta un proceso intenso, puede tener como resultado buenos precios para los productores. Las nueces extraídas suponen un nicho de mercado que continuará siendo muy importante para Chile, pero debido a los crecientes volúmenes, la extracción mecánica es imprescindible, y esto también competirá internacionalmente con una diferenciación de alta calidad basada en las ventajas naturales de las nueces chilenas.
El peligro de esta rápida expansión, sin embargo, es que un mercado con más de un producto de primera calidad, no importa de qué grado, podría sufrir un descenso en el precio. Pero Rodríguez cree que el mercado continuará siendo fuerte.
“Tenemos una economía muy abierta y acuerdos de comercio libre con muchos países, por lo que somos muy competitivos con otros países", ha dicho. Esa ventaja ayuda a mantener fuertes márgenes de beneficios para los productores, y la demanda estable también ayuda al producto.
“No esperamos que se dé un aumento enorme de la demanda global", ha admitido Rodríguez, "pero tampoco vemos que otros países aumenten su producción tanto como Chile. Así que, aunque hay países con una producción creciente como China, que es el mayor productor de nueces, el país consume tanto producto que tiene que importar nueces para satisfacer la demanda". Esa prometedora demanda internacional ha justificado, a los ojos de muchos productores, la inversión necesaria para que las nuevas plantaciones den fruto".
A una nueva plantación le cuesta cuatro años empezar a producir, como ha señalado Rodríguez, así que, para que los productores chilenos de nueces se expandan continuamente como han venido haciendo, deben intuir que hay un buen futuro por delante.
“Tenemos una producción estable y fiable porque el clima es ideal para el crecimiento de las nueces, por lo que no tenemos altibajos bruscos", ha dicho. "El que tengamos una producción creciente se debe a que las nuevas plantaciones se están volviendo productivas".
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