La medianoche del 13 al 14 de agosto, se detuvo el tráfico comercial desde Ucrania a Rusia. Las autoridades rusas comenzaron a exigir que los camiones se descargaran por completo, los inspeccionaron artículo por artículo, y después se volvieron a cargar. Comenzaron a incautar y a cuestionar la autenticidad de la documentación.
De acuerdo con el sindicato de trabajadores ucraniano, una asociación que representa a muchos de los principales exportadores de Ucrania, los funcionarios de fronteras dicen que Moscú ha declarado toda la mercancía procedente de Ucrania "de alto riesgo".
El Gobierno ruso niega haber tomado dicha decisión. Las autoridades ucranianas llaman a la cautela, pero los políticos y los analistas parecen estar seguros de que esta acción es la última de una serie de medidas que ha tomado Moscú en un esfuerzo por la cada vez más estrecha relación de Kiev con la Unión Europea.
El portavoz de la Agencia Federal de Aduanas rusa, Ajmed Jasianov, fue tajante en su respuesta a las preguntas de la emisora ucraniana RFE/RL.
"Sabemos lo que está ocurriendo", admitió Jasianov. "Pero lo único que puedo decirles es que la Agencia Federal de Aduanas no tiene nada que declarar sobre este asunto".
Sin embargo, el sindicato ucraniano de trabajadores se mantiene firme ante la pérdida de más de dos mil millones de dólares en contratos en cursos si no se hace nada para resolver rápido el asunto. La organización ha solicitado al primer ministro Mikola Azarov que trate el asunto con Moscú.
Azarov emitió un comunicado el 15 de agosto en el que confirmaba "ciertas complicaciones" en la frontera, pero aseguró que los medios de comunicación habían exagerado los problemas. Confirmó que las autoridades ucranianas y rusas se reunirían el 16 de agosto para tratar cuestiones comerciales.
Los funcionarios de aduanas ucranianos dicen que el tráfico de Rusia a Ucrania funciona con normalidad; sin embargo, se ha informado de algunos embotellamientos también en el lado ruso de la frontera.
Fuente: www.rferl.org