El sector citrícola español carga contra la decisión de la CE de no prohibir importaciones sudafricanas
A juicio del sector español, el incremento de las interceptaciones a lo largo de la campaña de cítricos procedentes de Sudáfrica con la infección de Mancha Negra, era motivo más que suficiente para que la Comisión hubiera paralizado ya desde finales de agosto las importaciones de ese país por el riesgo que supone para las plantaciones europeas. El sector ha recordado que la Comisión anunció hace un año medidas drásticas en caso de que se llegara a una quinta interceptación.
Según señalan los representantes españoles miembros de esta Comisión en una nota, "con su inexplicable falta de reacción, desoyendo el criterio de los expertos en la materia, la Comisión ha defraudado al sector, ha puesto en riesgo la sanidad vegetal de las plantaciones europeas -sólo en cítricos 500.000 Has- y la garantía de abastecimiento de 500 millones de consumidores europeos, que dependen de la producción citrícola europea y no de las de terceros países".
Más duras son las declaraciones del presidente de AVA ASAJA (asociación de agricultores valencianos) Cristóbal Aguado, quien manifiesta que "lo que ha sucedido en la reunión del Grupo de Cítricos de la UE es una tomadura de pelo y una indecencia. Estos señores han perdido la poca credibilidad que les quedaba porque si después de 34 interceptaciones de mancha negra siguen eludiendo la cuestión y lanzando balones fuera lo único que demuestran es que no les importa en absoluto lo que puede sucederle a la citricultura".
“Responde única y exclusivamente a motivaciones de índole político”, añade Aguado, y agrega que el Ejecutivo comunitario “está haciendo prevalecer sus intereses políticos sobre el riesgo cierto de que esas importaciones suponen para el futuro de los cítricos europeos, un riesgo que está científicamente acreditado por organismos como la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) por mucho que se empeñen en ponerlo en duda personajes como Justin Chadwich, el presidente de los exportadores de cítricos de un país como Sudáfrica que demuestra cada día su incapacidad para controlar las plagas en su cultivo”.
Tal y como ha destacado el sector citrícola español, "una vez más se ha puesto en evidencia el doble rasero y la falta de reciprocidad que marca la política comercial europea. Mientras que la Unión Europea no actúa contra los obstáculos que deben sortear los exportadores europeos de cítricos hacia terceros países (donde se multiplican los controles, se limitan los puertos de entrada, se imponen inspectores fitosanitarios del país de destino…), esta Administración sí es competente para derrochar permisividad, benevolencia cuando se trata de la entrada de cítricos a cualquier parte de la Unión Europea, permitiéndose no utilizar los escasos medios con que se dota para proteger sus producciones".