A pesar de que la demanda de verduras de invernadero está creciendo, los volúmenes de producción son claramente insuficientes todavía. Para resolver este problema, se han concedido incentivos financieros para la expansión de la superficie de invernadero. Hoy por hoy, está planificada la construcción de alrededor de 31.500 metros cuadrados.
Se espera que el proyecto aumente los volúmenes de producción en casi un 70%. La presidenta de APC “Hothouse”, Catherine Potapchuk, afirma que las nuevas instalaciones para la producción de invernadero nacional tendrán un 30% de descuento en los costes de calefacción y se construirán con materiales modernos y herméticos, similares a los usados en muchos países europeos.
Los expertos creen que la demanda de productos de invernadero en el Óblast de Amur y otras regiones seguirá creciendo, pero esperan un conflicto de intereses con los productores chinos, que hace tiempo que ocupan este nicho en el mercado ruso.
“Es difícil competir con las verduras chinas en cuestión de precio”, comenta Catherine Potapchuk. “Pero nuestro producto siempre se controla cuidadosamente y no tiene los mismos estándares que en China”.
Los productores chinos llevan a cabo muchas rebajas de precios y, según los expertos, esta es la principal razón por la que muchos invernaderos en el extremo oriental del país se hayan ido a la bancarrota o estén luchando por sobrevivir. Los chinos también suelen usar productos químicos que están prohibidos en Rusia, pero que les hacen obtener un gran rendimiento aun a costa de una peor calidad.
Fuente: rg.ru