Dos razones principales para este descenso repentino de los precios son la sobreoferta y la baja calidad de las granadas este año, según Azeez Gharisa, agricultor del distrito de Majaz, a 18 kilómetros al norte de la capital, Sa'ada.
Los agricultores no pudieron regar adecuadamente las granadas en junio y julio debido a una grave escasez de diésel, necesario para las bombas de agua. Esto afectó a la calidad de algunos cultivos, según Gharisa.
Los agricultores de Sa'ada y muchas otras gobernaciones utilizan bombas de agua alimentadas con diésel para regar sus explotaciones. En torno al 12 por ciento del consumo total de diésel de Yemen, estimado en 270.000 toneladas al mes, se destina a las bombas de agua, según una declaración anterior de Iskander Al-Aghbari, gerente del Departamento de Riego del Ministerio de Agricultura y Riego.
Abdullah Al-Wadee, gerente de la oficina del Ministerio de Agricultura y Riego en Sa'ada, confirmó que la escasez de diésel en primavera afectó al cultivo de este año en Sa’ada, pues, especialmente en primavera, los árboles en flor necesitan agua urgentemente.
Yemen experimentó una marcada reducción de la disponibilidad de diésel y petróleo entre marzo y julio. La disponibilidad volvió a niveles normales cuando el Gobierno retiró el subsidio de combustible el 30 de julio. Los precios del diésel pasaron de 2.000 riales yemeníes (9,3 dólares) por 20 litros a 3.900 riales (18 dólares).
Al-Wadee señala que está previsto que Sa'ada produzca en torno a 130.000 toneladas de granadas este año, la mitad de las cuales se consumirá localmente, mientras que la otra mitad se exportará a los países del Golfo. Las granadas de Yemen se cultivan principalmente en la gobernación de Sa'ada, que cuenta con alrededor de dos millones de granados.
La cosecha de granada comienza el 15 de julio y dura hasta mediados de noviembre, según Gharisa.
El Ministerio de Agricultura y Riego tuvo que enviar un equipo ministerial a Sa'ada en julio para comprobar los niveles de residuos dañinos de plaguicidas en los cultivos después de que los EAU advirtieran a Yemen que dejaría de importar granadas yemeníes si no iban acompañadas de un certificado de residuos de plaguicidas, como afirma Abdullah Masood, gerente del Laboratorio Central de Residuos de Plaguicidas de Sana'a.
“Los análisis mostraron que los agricultores usaban de forma segura los plaguicidas, en cumplimiento con los estándares alimentarios internacionales CODEX. Algunos cultivos estaban libres de plaguicidas porque los agricultores habían usado técnicas naturales para su producción”, apunta Masood.
El primer envío de granadas —unas 100 toneladas— llegó a los EAU a principios de agosto acompañado de los resultados de los análisis que especificaban el nivel de residuos de plaguicidas, según explica Masood.
En el sector agrícola de Yemen está generalizado el problema de los bajos precios locales, que a menudo no cubren los costes de producción, lo que deja a los agricultores sin ningún incentivo para invertir en agricultura y cosechar sus cultivos. Por consiguiente, a menudo los cultivos se descuidan y son vulnerables a los daños provocados por las plagas o por unas condiciones meteorológicas desfavorables, como lamenta Ashyab.
Los bajos precios, según confirma Al-Wadee, explican por qué algunos agricultores están abandonando sus granadas y no las cosechan. "A veces, todos los agricultores exportan su cultivo a un mismo lugar a un país del Golfo, lo que provoca una recesión", añade.
Al-Wadee explica que muchos comerciantes que antes almacenaban las granadas en remolques refrigerados han dejado de trabajar este año debido a los recortes en los subsidios para el combustible y los altos precios del diésel.
El Gobierno todavía no ha puesto en funcionamiento su orden presidencial, emitida el 9 de julio, para eximir a los sistemas de energía solar de los gravámenes arancelarios en un intento por animar a los agricultores y a los consumidores a utilizar energía limpia y asequible.
Fuente: yementimes.com