En volumen, los principales mercados de exportación de la compañía son China (80%), sobre todo Shanghái, y la parte este de Rusia (20%), en concreto Vladivostok. “Este último es un mercado pequeño y limitado, pero estable para nosotros, ya que las bajas temperaturas son favorables para asegurar un consumo estable. En China, el mercado está sujeto a más altibajos”, explica el socio de la firma, Holger Guntzel.
Hablando desde el punto de vista de un exportador, incapaz de controlar la calidad de la producción, Guntzel cree que, en un contexto global, los productores de bananas filipinos deberían buscar mejorar la calidad de la fruta, pero afirma que hay mano de obra insuficiente por parte de los organismos oficiales para ejecutar las directrices del Gobierno sobre Buenas Prácticas Agrícolas. Mientras, “algunas zonas de China, en especial Hainan o Cantón, han mejorado considerablemente su calidad y otro proveedor, Laos, también está invirtiendo mucho y se está convirtiendo en un peligro para nosotros”, asegura.
En este contexto, y para asegurar que la calidad se mantenga, los proveedores de PhilFruit tienen acceso al asesoramiento de la compañía. Guntzel comenta: “Tenemos nuestro propio equipo de control que revisa con regularidad todas las zonas que tenemos contratadas, cada dos semanas, así como nuestro propio equipo de inspectores para el proceso de recolección y envasado”.
En lo que respecta a las condiciones de cultivo, Guntzel explica que este año el país está sufriendo el impacto de El Niño, por lo que la productividad ha descendido en un 50-60%. “Sin agua no puedes aplicar fertilizantes y durante las últimas 4-5 semanas esto ha supuesto un grave descenso en la calidad, también en las plantaciones internacionales. Sólo aquellas con un sistema de irrigación eficiente pueden todavía ofrecer una buena calidad”.
Guntzel comenta que, afortunadamente, en estos momentos, la temperatura en China es bastante alta, lo que limita la demanda de bananas a favor de frutas con más jugo. “Esto, por supuesto, supone que ahora estamos concentrando nuestros envíos en Rusia, donde la demanda es mayor. Las instalaciones de logística y maduración también han mejorado mucho en esa zona, gracias a lo que se ofrecen oportunidades durante todo el año a los productores de bananas filipinos”, concluye.
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