Una campaña reciente, empezada el 1 de octubre, con un vuelo de apertura que transportaba 52 toneladas de arándanos desde Tucumán, Argentina, a Miami, Estados Unidos, ha arrancado sin contratiempos.
Desde julio, se han exportado productos desde el aeropuerto de Ezeiza (por aire) y desde el puerto de Buenos Aires (por mar). Fernando Martorell, responsable del comercio exterior del IDEP (Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán), lo confirma.
Se ha informado de que los controles realizados por la aduana de Tucumán, mediante su escáner móvil, Senasa, Aphis y PSA se llevan a cabo sin problemas.
"La terminal de carga funciona muy bien, si consideramos las cámaras frigoríficas que se han instalado, los problemas de seguridad y sanitarios, y los servicios y logística para las compañías que trabajan en el lugar. Se mejoró el equipamiento de Intercargo, y el transporte de fruta desde la terminal hasta la plataforma es más rápido. Hemos estado operando con las mismas compañías aéreas durante varios años y hemos mejorado las condiciones de trabajo año tras año.
"Los envíos serán más frecuentes, siempre que se coseche la fruta a tiempo", explica. No resulta fácil confirmar el número de vuelos. Debido a que hay cuatro tipos de aviones con capacidad para 50, 80 o 100 toneladas, el número de vuelos dependerá de qué avión se utilice.
Probablemente los mercados de exportación serán los mismos que los años anteriores: Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos, Canadá, Alemania, Bélgica, Hong Kong, Singapur, España, Irlanda, Brasil, Malasia, Rusia, Catar, Italia, Baréin y los Emiratos Árabes.