El concepto es sencillo y es idéntico en todas partes: un "anfitrión" —cualquiera en la comunidad— decide establecer una colmena, a continuación encuentra una ubicación (una cafetería, un teatro, una escuela, no importa), después contacta con los productores que haya en un radio de 400 km. Los agricultores, productores —de hecho, hay incluso algunos cerveceros— pueden establecer sus precios y los pedidos mínimos que necesitan para que el viaje les merezca la pena. El anfitrión envía entonces un correo electrónico con lo que hay disponible esa semana; los "miembros" hacen sus encargos por internet y recogen los productos en una reunión semanal.
Ideado por el empresario francés Guilhem Chéron en 2009, el concepto La Ruche Qui Dit Oui!, también conocido como "asamblea de alimentos", se ha extendido rápidamente por Europa. De hecho, es enorme y sigue creciendo. Los organizadores calculan que ahora hay unas 700 "colmenas", o asambleas, en Francia, Bélgica, Italia, España, Alemania y Reino Unido.
Parte de la razón de su éxito es que a los productores les va bastante bien. Solo se deducen alrededor del 16% de sus beneficios brutos: el 8,35% va para el organizador de la colmena, y la misma cantidad para La Ruche. El resultado es que, con el sistema de pedidos, se desperdicia muy poco: los productores normalmente venden alrededor del 80% de lo que llevan a la localidad.
A diferencia de los supermercados convencionales, aquí no hay cerezas en otoño: el que solo se ofrezcan productos locales significa que las frutas y verduras son siempre de temporada. Y, a diferencia de los supermercados, los compradores no rechazan los productos porque sean deformes o "feos".