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Marcel Paul (QPI) y Johan Vrijland (JNV Produce):

"Si la libra esterlina sigue cayendo, habrá víctimas"

El mes pasado, el valor de la libra esterlina cayó un 6% frente al del euro, que, hoy por hoy, equivale a 0,9027 libras. Según Marcel Paul, director comercial de QPI, y Johan Vrijland, de JNV Produce, la caída del valor de la divisa no tendrá muchas consecuencias a corto plazo para el comercio de productos agrícolas frescos, pero se cobrará víctimas a largo plazo.

"No se percibe en el comercio diario, porque todos tienen el mismo tipo de cambio, pero el desplome de la libra está causando mucha inquietud de cara al futuro. Me pregunto cuántas víctimas habrá, especialmente en Reino Unido, y no serán los jugadores más pequeños. Para quien carece de seguro, de repente todo está yendo muy deprisa", explica Paul.

"Cuando la libra estaba al alza, los clientes querían sacar el máximo partido, pero, ahora que está en caída libre, algunas empresas esconden la cabeza y se niegan a escuchar las posibles consecuencias. Otras han planificado con mucha antelación y, dependiendo de sus acuerdos, no sufren efectos negativos. Sin embargo, algunas compañías sí tendrán que afrontar las consecuencias. Por ejemplo, quienes no tenga sus precios fijados por contrato en libras van a sufrir mucho".

"Muchas empresas están pasando a comerciar en euros, pero eso no significa que salga más barato, porque, al final, es el mismo método de cálculo. La consecuencia del desplome de la divisa es que las importaciones son mucho más caras, así que los cultivos británicos se vuelven más interesantes. Esa expansión no se hará en un año, pero puede ofrecer oportunidades para Reino Unido a largo plazo, a costa de la horticultura holandesa", pronostica Paul. "Desde luego, no será bueno a largo plazo, pero nadie sabe cómo se desarrollará el mercado. Dentro de dos años, podría pasar justo lo contrario".

La economía británica es lo bastante fuerte
Johan Vrijland, de JNV Produce, opina igual. "Creo que es posible que la libra se recupere; es algo que no se puede descartar. La economía británica es lo bastante fuerte y la caída actual de la divisa se debe únicamente al dramatismo de la situación y no a la realidad".

Vrijland no lo percibe en el comercio diario. "Hay cierta inquietud, pero no sé si la gente se da cuenta de lo que pasa en realidad. Bajo la presión de los minoristas de descuento, los precios deberían estar bajando, lo que contrasta con cómo se están desarrollando las cosas. Tal como está la divisa, los precios deberían aumentar mucho, y, al final, el mercado decidirá si puede hacerlo o no".

"No se trata solamente del valor de la libra, sino también del precio de coste para los agricultores. Si lo calculamos, no es que ganen mucho", continúa Vrijland, que opina que la situación solamente ofrece oportunidades para el cultivo británico en parte. "Esos productores tienen que importar material vegetal, envases y otros accesorios de los países de la UE, lo que aumenta su precio de coste. La mano de obra también se está encareciendo. Los trabajadores polacos cobran en libras, de modo que ya no les saldrá rentable, y los británicos no suelen querer hacer ese tipo de trabajo".

"Ahora estamos terminando la temporada holandesa; los contratos se están cumpliendo como siempre y hemos resuelto bien la caída de la libra. A continuación, comenzará España, y nosotros volveremos en primavera. Al final, nuestra manera de comerciar no cambiará mucho. Tanto los horticultores como los compradores quieren conocer los precios que habrá y, en ese aspecto, nos ceñiremos a nuestros precios fijos. Puede ser arriesgado, pero podemos hacernos cargo", concluye Vrijland.
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