¡Suscríbase a nuestra newsletter y manténgase al día con las últimas noticias!

Suscribirse Ya soy suscriptor

Está usted usando un software que bloquea nuestros anuncios.

Ya que publicamos noticias gratuitamente, dependemos de los ingresos de nuestros banners. Por favor, le rogamos que desactive su bloqueador de anuncios y recargue la página para poder seguir visitando esta web.
¡Gracias!

Haga clic aquí para leer la guía de cómo desactivar su bloqueador de anuncios.

Sign up for our daily Newsletter and stay up to date with all the latest news!

Suscripción I am already a subscriber
Once dólares por una sola patata frita, en cajas de cinco unidades

Las patatas fritas más caras del mundo

La cervecería sueca St. Erik’s ha creado las patatas fritas más caras del mundo, a modo de "snack" especial para acompañar a su cerveza de gran calidad.

Al parecer, St. Erik’s considera que las patatas Lay's y las Pringles no son lo bastante buenas para acompañar a su cerveza, de modo que ha decidido crear su propio "snack" con un precio acorde. "La cervecería St. Erik’s es una de las mayores microcervecerías de Suecia y nos apasiona elaborar cerveza de manera artesanal. Hemos pensado que nos faltaba un 'snack' que estuviera a la altura para servirlos juntos", explica el jefe de marca Marcus Friari. "Una cerveza de primera clase se merece un acompañamiento de primera clase, por lo que nos hemos esforzado en producir las patatas fritas más exclusivas del mundo, y estamos orgullosísimos de presentarlas".

La lujosa caja negra que ha diseñado St. Erik’s contiene solamente cinco patatas fritas, cada una de ellas elaborada a mano por un chef con cinco ingredientes nórdicos especiales: setas Matsutake, recolectadas en los pinares del norte de Suecia; alga trufa de mar de las aguas de las islas Feroe; flores de eneldo, recolectadas a mano en la península de Bjäre; cebollas de Leksand, cultivadas en la localidad homónima, y mosto de India Pale Ale, el mismo que se utiliza para elaborar la cerveza Pale Ale de St. Erik’s.

Las patatas en sí también son especiales, ya que proceden "de la ladera de las patatas de Ammarnäs, una pendiente empinada y pedregosa que da al sur, donde se cultivan patatas Mandel en cantidades muy pequeñas. Las máquinas agrícolas modernas no pueden acceder a la ladera, por lo que todas las patatas se plantan y se cosechan a mano".

"Todas las patatas están elaboradas a mano", afirma el chef Pi Le. "Hace falta un toque delicado, un refinado sentido del gusto y mucho tiempo para asegurarse de que cada patata logre un equilibrio perfecto entre sus diversos ingredientes. Su sabor es muy escandinavo, y muchos reconocen las patatas y las cebollas, pero lo que destaca es su calidad. Todos los ingredientes gozan de un prestigio que no muchos han probado, y estas patatas son un acompañamiento excelente para la cerveza o para disfrutar por sí solas".

La semana pasada salió a la venta un lote limitado de 100 patatas fritas de St. Erik’s, que se vendieron casi al instante a pesar del descabellado precio de 56 $ la caja, es decir, unos 11 $ cada patata. Por desgracia, no se sabe si habrá un segundo lote próximamente, pero, dado el éxito aplastante que ha tenido el primero, no puede descartarse.

Fuente: www.odditycentral.com/
Fecha de publicación: