Los agricultores del sur de Afganistán señalan es probable que su abundante cosecha de granada se eche a perder o se venda a precios demasiado bajos, debido a las barreras al comercio internacional de este país sin salida al mar, informa Reuters.
Los obstáculos a los exportadores de fruta, quienes representaron más de una cuarta parte de todas las exportaciones afganas en 2014, se presentan como una seria amenaza para uno de los pocos sectores operativos de la economía de Afganistán, que se esfuerza por superar décadas de guerra.
La mayor parte de las granadas de Afganistán se exportan a Pakistán, donde los precios suelen ser bajos y donde los cruces fronterizos pueden ser volubles.
Los problemas fronterizos entre Afganistán y Pakistán, que incluso han intercambiado fuego de artillería este año, llevan meses a punto de estallar, como parte de una disputa más antigua por la frontera entre los países vecinos, que se prolonga décadas.
Los agricultores afganos están presionando al Gobierno para que ayude a conseguir acceso a nuevos mercados a través de Irán y otras zonas de Oriente Próximo y el sur de Asia.
"La cosecha de granada es mucho más elevada este año en Kandahar que en los últimos años, pero no tenemos acceso a buenos mercados de venta para esta fruta", lamenta el agricultor Zahir Jan. "Demandamos que el Gobiernos nos ayude a encontrar un buen mercado extranjero para vender nuestro producto a buen precio".
Haji Nasrullah Zahir, director de la Cámara de Comercio de Kandahar, señala que este año se ha incrementado un 43 por ciento la producción de granada en la provincia.
Los funcionarios del Gobierno en Kabul reconocen la falta de mercados extranjeros, pero dicen que están intentando encontrar más socios internacionales más allá de Pakistán.
"La afgana es la mejor granada de la región y atrae a muchos países dispuestos a comprar, pero nuestro problema son las cooperaciones", explica Mir Zaman Popal, director del Departamento de Promoción de las Exportaciones del Gobierno. "Esperamos poder firmar cooperaciones muy pronto y el Gobierno se lo está tomando muy en serio".
A menudo, Afganistán depende de la negociación de acuerdos de transporte con sus vecinos, pero el Gobierno está estudiando la opción del flete aéreo, una solución más cara, pero más rápida y, posiblemente, más viable políticamente, en opinión de Popal.