La semana pasada, el tifón número 21 del año, Sarika, tocó tierra cerca de la ciudad de Wanning, en Hainan. Los vientos de mayor intensidad se registraron cerca del centro, 14 en la escala de Beaufort. Aunque la población ya se había preparado contra el viento, el tifón atacó con violencia la isla durante 14 horas y dejó una estela de graves daños a su paso.
Frutas esparcidas por el suelo
Ramas jóvenes arrancadas por el tifón
Los mangos que permanecen en los árboles están gravemente golpeados
Según los agricultores, los árboles son plantas enanizadas para concentrar el cultivo y alcanzar las copas con facilidad. En general, las tormentas no les afectan mucho, pero la velocidad del viento del tifón Sarika ha sido excesiva y ha durado mucho tiempo. Dado que los mangos se encontraban en las primeras fases de formación, los daños no deben ser subestimados. Tras el tifón, no solo se reducirá la cantidad de mangos para la temporada 2016-2017, sino que su duración en el mercado y la calidad ofrecida también se verán afectadas. Los compradores de mango de Hainan deberán prestar especial atención a las circunstancias tras el desastre de los huertos que suministran a las tiendas. Tendrán que actuar con antelación.
En el lado positivo, los agricultores tendrán el buen juicio de invertir en protección adicional de sus cultivos. Los daños causados por el tifón serán evaluados por una aseguradora y se compensarán adecuadamente. La evaluación de los daños y las reclamaciones se está llevando a cabo ahora mismo.
Fuente de las imágenes: Sanya Mangoes