Los inversores chinos están a favor de reducir las restricciones de importación de China para facilitar los envíos de cerezas australianas por aire. Actualmente, solamente se permiten los envíos por barco, que es un viaje lento, y las frutas se someten a un tratamiento de frío para eliminar las plagas.
La industria australiana pretende demostrar que Nueva Gales del Sur está libre de la mosca de la fruta de Queensland durante su temporada de cultivo de cerezas, por lo que los productores e inversores esperan que su prueba de exportación de cerezas irradiadas a Indonesia y su programa de trampas para moscas convenzan a las autoridades chinas.
El cofundador de Wise Capital Funds Management, Kobe He, cree que la industria australiana de las cerezas tiene un gran futuro por delante. "Si podemos usar esta prueba de irradiación para demostrar al Gobierno chino que esta tecnología elimina las moscas, desde luego tenemos oportunidades de comenzar a negociar con ellos", opina He, que abastece a clientes chinos y otros inversores asiáticos.
El responsable de bioseguridad vegetal del Departamento de Industrias Primarias, Lloyd Kingham, afirma que hay muchas pruebas de que la mosca de la fruta de Queensland no se ha reproducido ni ha puesto huevos hasta el final de la cosecha de cerezas de Nueva Gales del Sur. "Hemos colocado montones de trampas para las moscas de la fruta en 17 empresas de cerezas de toda la región para demostrar nuestra teoría", explica Kingham.
Los productores esperan que los datos convenzan a las autoridades de cuarentena de que retiren las restricciones para poder negociar con China. Kingham calcula que hacen falta al menos tres años de datos de las trampas. Mientras tanto, los productores esperan poder crear un protocolo de exportaciones con irradiación a China.