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El plátano europeo, en riesgo ante el acuerdo Ecuador-UE

El pasado viernes se firmó en Bruselas el Protocolo de Adhesión de Ecuador al acuerdo de libre comercio de la Unión Europea con Colombia y Perú. Se trata de un acuerdo que supone, según indicó la Comisión de Comercio de la Comisión Europea en nota de prensa, la apertura bilateral aunque asimétrica de los mercados por ambas partes, lo que incluye la eliminación de los aranceles para todos los productos industriales y de la pesca, incrementando el acceso al mercado de los productos agrícolas, aumentando el acceso a los servicios y a la contratación pública, y reduciendo los obstáculos técnicos al comercio.
 
Desde la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (ASPROCAN) se señala que esta decisión forma parte de un proceso de supresión arancelaria iniciado en el año 2010, por el que el sector platanero europeo, del que Canarias es el mayor productor representando el 55% del total, sirve como moneda de cambio y que no considera el enorme perjuicio que para este supone, dada la competencia desleal de las producciones de banana de terceros países, alejadas de los requisitos exigidos por la propia Unión Europea, a sus productores.
 
Estos procesos de apertura comercial incumplen además lo pactado con la propia Comisión, que en 2007 se comprometió con el sector platanero europeo a mantener el nivel de barreras arancelarias combinadas con un complemento de ayudas al sector en base a dichos aranceles que posteriormente se han visto constantemente desmantelados desde el año 2010.
 
El principal problema generado se fundamenta en el incumplimiento de los estándares de protección del medio ambiente, seguridad alimentaria y protección laboral y social que defiende Europa, valores que se exigen para las producciones europeas pero que no se requieren ni controlan en el caso de terceros países.
 
“Si la justificación de estos acuerdos es el desarrollo social de estos países, no entendemos por qué no se establecen criterios mínimos de protección social y ambiental y calidad alimentaria a los productos importados desde terceros países, tal y como se exige a los europeos, cuando se trata igualmente de productos para consumo alimentario en los países de la Unión. Este incumplimiento de los estándares, que abarata los costes de producción en terceros países, es especialmente sensible al tratarse de productos de alimentación y consumo”.
 
Tras su entrada en vigor, pendiente de la aprobación del Parlamento Europeo antes de poder aplicarse de manera provisional, la propia Comisión Europea reconoce en su comunicado que los exportadores ecuatorianos se ahorrarán hasta 248 millones de euros en aranceles cada año. Los exportadores de la Unión Europea ahorrarán aproximadamente 106 millones de euros. La Unión Europea liberalizará casi el 95% de las líneas arancelarias en el momento de su entrada en vigor, mientras Ecuador lo hará alrededor del 60%.
 
El banano será uno de los principales productos beneficiados de este acuerdo, ya que Ecuador es el mayor exportador de banana del mundo, produciendo más de 5 millones de toneladas al año, lo que supone una capacidad de volumen de exportación indiscriminada, que va contra los principios de protección a la producción europea. Este acuerdo favorece a las grandes multinacionales internacionales que explotan las producciones de países como Ecuador, Colombia, Perú, Costa Rica y otros países Centroamericanos, para incrementar sus exportaciones a Europa gracias a los beneficios comerciales de los acuerdos arancelarios que mantienen con la UE.
 
Según ha informado la Comisión Europea, existirá un mecanismo de estabilización, como en el caso de Colombia, Perú y América Central, con el fin de poder examinar y valorar la suspensión de las preferencias si se alcanzara el umbral anual establecido. El acuerdo también incluye el compromiso de aplicar efectivamente los convenios internacionales sobre derechos laborales y protección del medio ambiente, que serán objeto de seguimiento.
 
Desde ASPROCAN, se advierte que dichos mecanismos de estabilización y control ya han demostrado ser ineficientes para la supervisión del cumplimiento del volumen de importación y los estándares establecidos por la Unión Europea a la vez que desconocen qué seguimiento real de las condiciones laborales y de medio ambiente se está realizando por parte de las instituciones comunitarias. Estos procesos de apertura de mercados se justifican a favor del desarrollo social y económico de estos países, pero los beneficios reales de estos acuerdos repercuten, en su gran mayoría, en empresas multinacionales intermediarias que comercializan la producción, en lugar de favorecer el desarrollo real de los países productores.
 
Los productores de Plátano de Canarias entienden que la Unión Europea debe asumir su responsabilidad sobre las consecuencias de estas decisiones. A su juicio, no se deben obviar los estándares de producción para consumo europeo y, entre otras medidas, es necesario establecer mecanismos de control eficaces que incluyan a los productores comunitarios y que defiendan la subsistencia de la banana y plátano europeos, a la vez que los valores sociales de la propia Unión Europea. En este sentido, se viene solicitando la realización de un seguimiento exhaustivo por mercados, especialmente en los países tradicionalmente productores, España, Francia y Portugal, con el fin de determinar la situación real que se experimenta en cada zona y cómo afecta específicamente a cada país la eliminación de aranceles y el aumento de banana de fuera de la Unión.
 
La producción de plátano y banana en Europa genera más de 30.000 empleos en las regiones ultraperiféricas, zonas especialmente afectadas por la crisis y la falta de alternativa de empleo, que producen un producto de valor añadido, fuertemente apreciado por los consumidores europeos de sus respectivos países pero desprotegidos ante este tipo de acuerdos.
 
Para más información:
Tel.: +34 922 53 51 42 / +34 922 53 51 44
Móvil: +34 690 876 356
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