"Por supuesto, ahora que hemos renegociado muchos de nuestros contratos con los proveedores, esas fluctuaciones nos han afectado. Sin embargo, hemos estado trabajando estrechamente con los proveedores para minimizar el impacto, mediante la reducción de costes de envasado, de transporte o de las especificaciones de los productos".
Lo que no se sabe todavía es si la libra seguirá cayendo. "Nadie sabe cómo se va a desarrollar el brexit en realidad, pero no se puede descartar que la libra de devalúe aún más", comenta Jones. "Nos consideramos una especie de póliza de seguros para nuestros clientes porque tienen que fijar los márgenes de sus menús; no pueden subir los precios cada semana".
Añade que, para seguir siendo competitivos, hay que entender las necesidades de los clientes y garantizar que los productos sean adecuados para su fin.
"Llevamos años ofreciendo frutas y hortalizas imperfectas, deformes o de clase II a nuestros clientes porque son una manera excelente de ahorrarles dinero. Una vez un pimiento está cortado y en una ensalada, o una zanahoria se convierte en una sopa, no importa el aspecto que tuviera. La verdad es que, ahora que los minoristas están más comprometidos, hay menos disponibilidad de estos productos y la diferencia de precios se ha hecho más pequeña. Sin embargo, seguiremos ofreciéndolos siempre que podamos".
En cuanto a los productos preparados, "durante la última recesión, nos percatamos de que se están abandonando los productos preparados a favor de los productos a granel, ya que son una forma obvia de ahorrar dinero, al menos de forma superficial. Sin embargo, depende de cada empresa, porque los productos preparados son una forma excelente de que las cadenas con varios establecimientos tengan coherencia, y el precio adicional podría estar justificado en las cocinas más pequeñas o menos habilidosas para ahorrar gastos de personal".
Para producir más en Reino Unido, aumentar los costes de insumos, como la mano de obra y las herramientas, puede provocar que los productores sean menos competitivos que, por ejemplo, los de Países Bajos o España. Según Jones, es posible que disminuya la brecha entre las importaciones y la producción nacional, pero nadie puede afirmarlo con seguridad, ya que dependerá mucho de las futuras regulaciones del Gobierno.
De cara al futuro, Reynolds seguirá intentando acortar la cadena de suministro donde sea apropiado, mejorando la eficiencia y aumentando el volumen donde sea posible para conseguir acuerdos mejores.