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Jorge Martínez, gerente de Openagro:

"El kiwi de Valencia tiene una ventana comercial interesante"

Doce años atrás, el agricultor valenciano Jorge Martínez decidió apostar por un cultivo alternativo a los cítricos, cuya rentabilidad se ha ido desplomando en los últimos 20 años. Tras varios de sus viajes a Galicia, llegó a la conclusión de que el kiwi podría adaptarse sin problemas a la climatología de Valencia. Lo hizo, ¡y de qué manera!



“Empezamos siendo 4 agricultores de Picassent en 2005 y hoy en día son más de 50 agricultores los que cultivan kiwi en la provincia de Valencia. En estos momentos, en SAT Actinidia contamos con 100 hectáreas dedicadas al kiwi”, cuenta Jorge Martínez, quien además de producir kiwis y kakis, se dedica a la comercialización de suministros agrícolas, que suponen el grueso de su negocio.

A pesar de que la inversión inicial es muy fuerte, asegura que se trata de un cultivo muy productivo –entre 30 y 40 toneladas por hectárea–, y fácil de producir, aunque muy sensible al viento, que puede romper con facilidad su ramaje, razón por la cual es necesario cubrirlo con mallas.



"La producción de kiwi en Valencia presenta una ventana comercial interesante, ya que empieza a recolectarse en septiembre, cuando Nueva Zelanda y Chile van terminando sus campañas y la calidad de la fruta de estos países ya no es tan buena, y aproximadamente un mes antes de comenzar la temporada de Italia, Portugal o Galicia. La cosecha termina a finales de noviembre", cuenta el agricultor.



Valencia destaca por ser una de las pocas zonas sin presencia de la bacteria PSA. “Hemos hecho pruebas en distintas ocasiones y hemos observado que la bacteria de PSA no se desarrolla en estas condiciones climáticas”, señala.



Las dos comarcas donde se producen los kiwis poseen aproximadamente 1.000 horas de sol anuales y sus suelos, un pH ideal para este cultivo. Estas, junto a unas determinadas técnicas de cultivo, son las razones por las que el kiwi destaca por tener más dulzor de lo habitual y los calibres más grandes que la media, pudiendo sobrepasar los 200 gramos por pieza.



Jorge Martínez tiene acuerdos con una cooperativa para la manipulación del kiwi, que se comercializa con la marca Actinia y se destina tanto a mercados mayoristas en España como de exportación en Europa. “La competencia con Italia y Grecia es cada vez más fuerte, ya que el mercado se inunda de kiwi con precios bajos y nos cuesta defender nuestros precios y convencer a los clientes de que ofrecemos algo diferente”.



Por otra parte, el aumento de las temperaturas en los últimos años está haciendo que los rendimientos en campo disminuyan, como ha sucedido este año, en el que la producción ha bajado en torno a un 50%.



“La mata del kiwi necesita unas 800 horas de frío para una producción ideal. Tendremos que esperar un tiempo para determinar si esto será definitivamente una amenaza para seguir creciendo en el futuro. En mi opinión, creo que la naturaleza es sabia y el kiwi, como pueda pasar con otras frutas, terminará adaptándose a las condiciones que se den”.
 

Para más información:
Ignacio Salvador Marqués (ingeniero agrónomo)
Jorge Martínez Martínez (gerente)
OPENAGRO S.L.
C/ Acequia, nº 95, Picassent (Valencia)
T: +34 961 241 177
openagro@jmopenagro.com
www.openagro.es