Un agricultor de Qinghai, en el norte de China, se quedó atrapado con 32 toneladas de patatas en Shenzhen, a más de 2.000 km, a donde había viajado para venderlas. Sin embargo, su situación llamó tanto la atención en las redes sociales que vendió sus productos en una noche.
En Qinghai, las patatas se venden a unos 0,12 yuanes el kilo (0,016 €), pero en Shenzhen pueden alcanzar los 6 yuanes el kilo (0,80 €), por lo que el agricultor, apellidado Ma, había alquilado un camión para llevar las patatas a esta próspera ciudad en el sur del país.
"El alquiler del camión fueron 500 yuanes por tonelada, así que invertí unos 16.000 yuanes (más de 2.100 €) y cuatro días en viajar a Shenzhen", explica Ma.
Sin embargo, al llegar al mercado mayorista, le dijeron que sus patatas no llegaban al calibre necesario y que no estaban clasificadas correctamente, de modo que no podía venderlas.
Ma se quedó atrapado, se arrepintió de no haberse comunicado mejor con el comerciante y se disculpó por causarle tantos problemas. Con ayuda de un hombre de su ciudad, Ma descargó las patatas cerca de un centro industrial en el distrito de Bo’an, donde improvisó una cama con tablones y sábanas de la calle y vigiló su montaña de patatas durante nueve noches seguidas.
Al cabo de unos días, empezaron a aparecer fotografías de sus patatas en las redes sociales y los grupos de WeChat, que atrajeron a muchas personas, y algunas de ellas le compraron patatas o le dieron alimentos.
"Algunos me ofrecían limosna, pero la rechacé. Un hombre metió dinero en mi caja, y otro llegó a pagar 1.200 yuanes (163 €) por seis cajas de patatas. Yo sabía que no venían por las patatas, sino para ayudarme".
(1 yuan chino = 0,14 €)