"Este año, la producción se ha incrementado. Se esperan cotizaciones bajas, pero tendremos que esperar a enero para hacer un análisis, ya que el mercado extranjero todavía tiene un par de meses por delante", explican el presidente Danilo Misirocchi y el director Fabrizio Rusticali. Aunque a los productores se les pagará menos que en 2015, hay que tener en cuenta que las cantidades se han incrementado un 30% con respecto al año pasado.
Según datos de la CIA de Rávena, la producción de albaricoques también ha crecido, con 2.140 hectáreas cubiertas por huertos frutales. Se ha producido un incremento de volúmenes del 50% con respecto a 2015 y los precios pagados a los productores deberían incrementarse un 20%, al menos para algunas variedades tardías.
En lo referente a los melocotones y nectarinas, con sus 8.034 hectáreas, la provincia de Rávena está entre los principales productores de Italia. "Las cotizaciones medias se han incrementado un 25%, en especial para las variedades de media temporada y tardías. En 2016, los precios se han estabilizado muy deprisa y se han mantenido estables durante toda la campaña, a diferencia de años anteriores".
La CIA de Rávena. De izquierda a derecha: el director Fabrizio Rusticali, el presidente Danilo Misirocchi y el vicepresidente Stefano Francia
El presidente y el director hablan de burocracia: "Se está convirtiendo en el principal problema para nuestras compañías, pues les cuesta en torno a 7.200 euros anuales a cada una". Pero, las asociaciones como la CIA ¿podrían crecer sin burocracia? "Sin burocracia, yo estaría más que feliz de cambiar nuestra forma de organización".
Por último, algo que quizás tenga más valor que tantas estadísticas e investigaciones. Tras la conferencia ofrecida, fuimos a comer y nos servimos una ensalada de fruta fresca para postre. Tras hablar sobre caída de consumo y calidad pobre, fue interesante comer una ensalada de fruta similar a las muchas servidas en restaurantes de todo el país. Las fresas no estaban maduras, algo bastante normal en noviembre. Los kiwis procedían del otro hemisferio y se habían cosechado seis meses antes. Había pedazos de manzana insípidos y mandarinas, que estaban bien. Por desgracia, lo que faltaban eran las peras, la mejor fruta de la temporada.
Cuesta creer que los clientes vuelvan a pedir una ensalada de fruta si esto es lo que les sirven.