Cuantos más alimentos ácidos consumamos, mayor será el riesgo de que se dañe el esmalte. La dosis es importante, por lo que hay que tenerla en cuenta, según hamburg040.
Deberíamos reducir el consumo de frutas ácidas como la manzana, la piña y los cítricos, y decantarnos por los arándanos, los melocotones, los mangos, las uvas o las nectarinas.