La lluvia en la región del Boland el viernes 7 fue bien recibida por los productores de uva de mesa de las regiones del río Hex, el río Berg y Piketberg, donde la cosecha todavía no había comenzado, pero en el río Olifants, donde sí lo había hecho, tuvo sus pros y sus contras.
Las lluvias no son habituales en esta época del año en esa zona, y que lloviera durante la cosecha provocó que algunos cultivares tempranos se agrietaran.
Los informes de daños son variados. Algunos productores afirman que sus fincas no han sufrido grandes daños, desde menos de un 10% hasta un 20%, y limitado a cultivares tempranos como Prime, Starlight y Flame.
Algunos productores del río Olifants podrían decidir destinar sus uvas Flame para pasas esta temporada, no por el agrietado, sino por la buena demanda y por un mercado fuerte. (Los precios de las pasas Flame y Thompson secadas al sol tienen niveles de récord en este momento).
En la zona de Piketberg también ha habido algunos casos menores de agrietamiento de Flame, una variedad que ha estado perdiendo popularidad en el sector.
El suministro de agua en la zona de Clanwilliam–Trawal tiene mucho mejor aspecto que el año pasado, para el tremendo alivio de los productores de uva.
El periodo de floración ha sido complicado por la ola de calor y los calurosos vientos experimentados en octubre en el Cabo Occidental, y los productores se encuentran con que sus viñedos todavía no se han recuperado totalmente de los años de sequía.
Como dice sucintamente un viticultor: "La sequía todavía está en el interior de las vides".
El año pasado, los volúmenes de uva bajaron en torno a un 60% en la región del río Olifants a causa de la sequía.