Según Henk van Doorne, productor y comerciante de la empresa holandesa Van Doorne Imex, el mercado de la lechuga de invernadero no se ve mal. "Después de un período largo y difícil, los precios han vuelto a subir. Las lechugas se venden actualmente en todo el mundo. La mayor parte de nuestras lechugas se exporta a destinos lejanos por transporte aéreo o se suministra al retail nacional".
La pregunta inevitable es si esta situación puede perdurar. "Agosto y septiembre suelen ser períodos agradables en el mercado de la lechuga. En octubre y noviembre a veces puede ser más difícil", dice Henk. "La oferta es el factor determinante. Con los actores fijos, logramos abastecer bien al mercado, pero si se suman productores ocasionales, los volúmenes comienzan a fluctuar y eso a menudo puede tener un efecto disruptivo en el mercado".
La enfermedad fúngica por Fusarium sigue siendo una verdadera molestia para los productores de lechugas de invernadero. "Sigue siendo un problema. Sin embargo, los obtentores de semillas trabajan activamente para traer las variedades más resistentes al mercado. Todavía no las han perfeccionado, pero mantenemos la esperanza", concluye Henk.
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