Las fuertes lluvias en Valencia, Alicante, Murcia y parte de Albacete han ralentizado la cosecha de cebolla, que iba con adelanto en esta nueva campaña, sobre todo en Albacete, una de las pocas zonas productoras de cebolla donde la climatología ha sido muy benévola hasta el momento, con muy poca presencia de lluvias.
“Las zonas cebolleras no se han inundado y las lluvias no han ido acompañadas de granizo, por lo que, de momento, no esperamos que haya influencias negativas en la calidad de la producción. Sí que se dará, sin embargo, un retraso de la cosecha, ya que la cebolla no puede recolectarse si está mojada”, explica Alfonso Tarazona, presidente de la Asociación Española de Cosecheros y Exportadores de Cebolla (ACEC).
Si bien la campaña pasada se caracterizó por precios inusualmente altos en los mercados debido a la escasez de cebolla en casi todo el mundo, este año hay abundancia de producto en todos los países productores, en general.
“Este año hay más cantidad de cebolla, más disponibilidad de calibres y mejor calidad que el año pasado. Veníamos de disfrutar de muy buenos precios cuando de pronto, en julio, se desplomaron en muy pocos días provocando inestabilidad en las ventas. Una vez tocaron suelo los precios se fueron estabilizando y hasta estos momentos se han mantenido sin fluctuaciones y se ha recobrado la normalidad en el mercado. Los precios son todavía bajos, rozando los límites de la rentabilidad, pero esperamos que una vez terminadas la cosechas de cebolla para almacenar en todas las zonas productoras empiece a cambiar la tendencia y suban los precios”.