Las fuertes lluvias y las bajas temperaturas durante la primavera, desde el momento del cuajado de la fruta, también han afectado al cultivo del caqui en Italia. Esta es la sensación general en la región de Emilia-Romaña, donde, en la provincia de Rímini, Cristian Caligari ya ha comenzado la cosecha.
"En mi plantación falta entre un 30 y un 40% de producto en comparación con el volumen normal. Las causas son las lluvias del mes de mayo y la caída de la fruta por los cambios de temperatura. Por otro lado, los calibres son en promedio más grandes de lo normal, lo que genera buenas perspectivas desde el punto de vista comercial".
En comparación con una temporada normal, en algunas zonas la cosecha se retrasa hasta 10 días. Los caquis, como saben los especialistas, se colocan en cámaras a una temperatura y atmósfera controladas antes de ser comercializados para eliminar los taninos, que son responsables del sabor astringente.
"Saber cómo gestionar los caquis en las cámaras es un arte, ya que es necesario reconocer lo que yo llamo el punto de inflexión. Es ese momento en que las frutas amarillas cambian de color y se vuelven de un hermoso color rojo, mientras la pulpa se mantiene firme", explica Caligari.
Para tener un gran producto, se necesita introducir los caquis en las cámaras cuando el color es amarillo. Si se meten demasiado pronto, la calidad final no será buena: el color será un rojo opaco y la pulpa carecerá de consistencia.
"Los precios siguen siendo muy buenos. En función del tamaño y la calidad, hay una horquilla de precios que va desde 1,20 a 2 euros, ya procesados. La diferencia es notable entre un producto óptimo y uno mediocre", concluye el agricultor.
Para más información:
Cristian Caligari
Tel.: +39 339 3061613 (Italia)