La Denominación de Origen Protegida Peras de Rincón de Soto ha informado que la campaña, que concluyó hace dos semanas y media, ha cumplido las previsiones iniciales con una cosecha de cerca de 25 millones de kilos. Aunque todavía se debe esperar a la publicación de las cifras definitivas, "la campaña ha sido muy buena y tranquila", confirma Sixto Cabezón, técnico de la Denominación.
Exceptuando las puntuales tormentas de granizo registradas en los campos de La Rioja Alta y que afectaron a sus perales, las buenas condiciones climáticas (sumadas a la ausencia de plagas y enfermedades) han propiciado el crecimiento de una pera sana y de gran tamaño.
Entre los competidores sustanciales de la Pera de Rincón de Soto se encuentran Aragón y Cataluña en el entorno del Valle del Ebro, principales comunidades productoras de la pera Conferencia a nivel nacional. Sin embargo, Cabezón insiste en que "la Denominación se halla a un nivel de precios y venta superiores" al de dichas regiones. El motivo principal, su signo de distinción y competitividad en la industria agrícola, y es que de las cerca de 2.000 hectáreas de cultivos perales que albergan los campos riojanos, 1.157 pertenecen a la DOP.
Por otro lado, la pésima temporada de heladas en épocas de floración que han arrastrado países como Italia y Portugal ha desembocado en un déficit de peras a nivel europeo que la Denominación ha sabido aprovechar. "Los precios están al alza, reflejando un aumento de entre cinco y diez céntimos el kilo respecto al año pasado", aclara Cabezón, tras informar de que el precio de venta desde finales de agosto se encuentra entre los 50 y 60 céntimos el kilo.
Mientras la pera vive una de sus mejores temporadas, es evidente que la fruta de hueso no puede decir lo mismo. El melocotón es uno de los productos más afectados por la sobreproducción a nivel nacional, lo cual lo convierte en un género nada rentable para los agricultores. Influye en gran medida el hecho de que sea un frutal cuya producción completa se alcanza a los cinco años después de su plantación, mucho menos tiempo que en el caso de las peras, donde el rendimiento total se logra tras los siete u ocho años.
Esta falta de inversiones a largo plazo, explica Cabezón, provocó que muchas personas optasen por este cultivo generando así una saturación en el mercado agrario y, en consecuencia, un desplome de los precios. "Ahora la pera tiene mejor salida, por eso es una plantación más estable en cuanto a su precio", expresa el técnico de la DOP.
Fuente: nuevecuatrouno.com