La temporada china de pampelmusa Honey lleva ya tres meses y aunque el sabor de esta temporada no es ideal debido a la meteorología adversa, ha habido una buena cosecha y el volumen de exportación ha aumentado ligeramente en comparación con el año pasado.
“La temporada de pampelmusa Honey en el condado de Heping, en la provincia de Fujian, donde tenemos nuestro centro de cultivo, comienza en agosto y dura hasta finales de enero de cada año. Aparte de la falta de lluvia, las condiciones meteorológicas en Fujian en general han sido buenas este año y hemos tenido una buena cosecha. Hay una buena cantidad de calibres grandes. Pero por la falta de lluvia, la fruta cosechada al final de la temporada tiene una pulpa amarga que afecta a su sabor. El precio en origen actual de la pampelmusa de pulpa blanca es de aproximadamente 1 yuan (0,14 dólares) el kilo, al igual que en noviembre del año pasado. El precio al productor de la pampelmusa de pulpa roja es de aproximadamente 1,5 yuanes (0,21 dólares) el kilo, más bajo que en el mismo período del año pasado”, comenta Zhu, un exportador.
“Holanda es nuestro principal mercado de ultramar. Nuestros canales de ventas incluyen supermercados chinos locales y cadenas de supermercados. Las pampelmusas Honey s son asequibles y su sabor es generalmente aceptado por el público. Es una fruta consolidada y también muy apreciada por los consumidores extranjeros. El volumen de exportación anual es de 8.000-10.000 contenedores. Para poder satisfacer la creciente demanda del mercado europeo, nuestra superficie de producción crece año tras año”.
La vida útil de las pampelmusas es de aproximadamente 60 días si se mantienen a una temperatura de alrededor de 5°C. Los mercados extranjeros tienen requisitos de calidad muy estrictos, y todos los productos exportados deben pasar las pruebas de residuos de pesticidas y metales pesados de SGS. Para garantizar la calidad, muchos proveedores chinos envasan sus productos en materiales respetuosos con el medio ambiente, los protegen con mallas de espuma, los proveen con su etiqueta y código de barras y los envasan en cajas por calibre antes de enviarlos a los diferentes puertos en contenedores refrigerados.