La superficie plantada en Almería ha vuelto a descender este año en un porcentaje que podría variar entre un 10 y un 20%, según informan los semilleros. Entre las causas están el aumento de los costes de producción, la creciente competencia de otros países y la proliferación de nuevas plagas como la Tuta absoluta en los meses de primavera, que están complicando cada vez más el cultivo del tomate en Almería, por su bajada en rendimientos y beneficios. El tomate ha perdido, por tanto, terreno en los invernaderos almerienses en los últimos 5 años en favor de otras hortalizas con costes de mano de obra más bajos y precios más estables como el calabacín, el pimiento o la sandía, en primavera.
“Si bien podría haberse pensado que con una menor producción generalizada de tomate en Almería los precios tenderían al alza, lo cierto es que llevamos todo el otoño con precios bajos que no reflejan proporcionalmente la disponibilidad de producto”, explica un productor y comercializador almeriense.
"Prácticamente todas las hortalizas muestran precios ridículos desde que empezó la campaña, lo que ha llevado a un paro del sector sin precedentes esta semana y en el que han participado casi todos”, añade.
Parece ser que el vacío que pueda dejar la bajada de producción de tomate en Almería lo están llenando otros orígenes. “Los mercados europeos están saturados de tomate cultivado con luz artificial de Países Bajos, producto de Polonia y Francia y grandes cantidades de tomate redondo procedente de Marruecos, que continúa incrementando su producción cada año”.