Los días 5 y 6 de diciembre, el Comité de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (ScoPAFF) de la Comisión Europea debatirá si prohíbe el clorpirifós (y su primo hermano el metil clorpirifós). La mayoría de los numerosos científicos consultados y varias investigaciones remitidas en los dos últimos años a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) sostienen que ese pesticida influye negativamente en la evolución del cerebro y del sistema nervioso, originando en casos ya estudiados autismo, trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, obesidad o la pérdida de puntos en el cociente intelectual de los afectados. El clorpirifós también permanece de forma persistente en medios acuáticos.
Por ello, la EFSA publicó en agosto un doble comunicado donde concluía que los plaguicidas clorpirifós y metil clorpirifós no cumplen “con los criterios aplicables para proteger la salud humana establecidos en la legislación de la Unión Europea” y recomendaba que no se renovara su autorización más allá del 31 de enero de 2020, fecha en la que expira su licencia. Su uso ya está prohibido en ocho Estados miembros de la UE, Alemania, Irlanda, Finlandia o Suecia entre ellos. En Francia solo está permitida su utilización en las espinacas. En España, el clorpirifós es el pesticida más usado, muy especialmente en el cultivo de cítricos.
Ante este escenario, los fabricantes del clorpirifós no se han quedado de manos cruzadas en las últimas semanas. Varios documentos remitidos a la Comisión y obtenidos por Le Monde muestran que la industria está ejerciendo una labor tenaz de lobby para que este químico no desaparezca de los campos de cultivo europeos, liderada por Corteva Agrisciences, una multinacional creada de la fusión entre Dow, inventora del pesticida, y DuPont, en junio pasado.
No obstante, a pesar de la comprensible labor de presión de la industria, en junio pasado fuentes de la Comisión confirmaron que el clorpirifós sería prohibido en 2020. A los borradores que desarrollan el veto de esos plaguicidas solo les falta la firma de la nueva comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, la chipriota Stella Kyriakides.
El pesticida más usado en España
El clorpirifós es un pesticida muy desconocido para la opinión pública; sin embargo, es el principio químico más usado en la agricultura de España para liquidar las plagas de insectos que amenazan las cosechas.
Según el análisis de El Confidencial de las bases de datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el clorpirifós es el pesticida más recurrente en las muestras analizadas de productos agrícolas entre 2015 y 2017. Además, entre los 4.677 test, este plaguicida aparece en 400 casos, un 8,5% del total. Tiene una gran presencia en las naranjas, las mandarinas y los plátanos examinados, pero se usa en casi 100 productos agrícolas en nuestro país.
Fuente: elconfidencial.com