Según informa la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León (APPACYL), las lluvias abundantes en la comunidad autónoma han impedido proseguir con la cosecha de patatas, algo que podría comprometer al importante número de hectáreas aún no recolectadas ante la posibilidad de que comiencen a producirse heladas.
Las variedades que quedan por arrancar son, por una parte, agrias de invierno, que se utilizan para guardar, aunque no tengan un lavado muy fino, pero que sin embargo tienen una materia seca muy alta que les permite una mejor conservación. Por otra parte quedan variedades de piel roja, tanto de carnes amarillas como de carnes blancas, que han tenido dificultad para salir al mercado durante la campaña, por los bajos precios que han tenido.
APPACYL considera que esta campaña ha sido bastante aceptable para el productor, más para la patata de piel blanca que para la de piel roja. Los precios han estado en torno a los 20-30 céntimos la lavada piel fina, 15-25 céntimos la lavada blanca piel normal, y 10-18 céntimos la roja carne amarilla y carne blanca, pero que se han visto ayudadas por su mayor producción (15-18% más que el año pasado).
La asociación estima que para la próxima campaña podría aumentar el área de cultivo, lo que generaría una mayor oferta en el mercado. Además, se tendría el inconveniente añadido de que Francia en 2020, ya no podrá usar el antigerminativo Clorprofam, también conocido como CIPC, dado este año era el último de moratoria para su uso. Ante esta coyuntura, el sector español de patata podría tener una mayor presión entre el 1 de agosto y el 1 de noviembre de 2020, debido a que podría entrar más patata de Francia, ante la imposibilidad de llegar hasta finales de invierno.
Fuente: agrodigital.com