Todos los fabricantes de tecnología agrícola y webs de noticias parecen estar hablando de automatización. Pero en una instalación discreta al sureste de Fresno, California, son más que meras palabras. Allí, encontramos no a cualquier prototipo futuro de los equipos agrícolas, sino a GUSS, el sistema global no tripulado de pulverización.
GUSS está en producción y se entrega a clientes de California a Florida. En este momento, hay seis unidades GUSS que se entregan a clientes entusiasmados, que quieren eliminar los costes de operación y producción; una hazaña teniendo en cuenta todo lo que ha hecho falta para poner en marcha GUSS.
GUSS es una plataforma personalizada desde cero, también es el sueño de Dave Crinklaw. El padre de Dave, Bob Crinklaw, comenzó un negocio de fumigación personalizada en 1982 dirigido a las plantaciones de cultivos, cítricos y viñedos de la zona. Crinklaw Farm Services pasó de rociar 16 hectáreas por día a un promedio de 2020 hectáreas durante la temporada alta, y ahora se conoce como CFS LP.
Con los gerentes y empleados clave, y con la jubilación de Bob, la mente de Dave comenzó a preguntarse cómo rociar más con menos operadores en condiciones peligrosas mientras se ahorra mano de obra. Con esta idea en mente, se desarrollaron los primeros pulverizadores de viñedos de tres y cuatro hileras, podadoras mecánicas de viñedos y el pulverizador de árboles Tree-See. El Tree-See fue su primer paso hacia la automatización, cuyo sistema enciende y apaga las boquillas solo cuando hay un árbol presente, lo que ahorra cientos de litros de productos químicos en una finca.